10 pueblos con encanto y mejores playas al norte de Alicante

¿Piensas que la Costa Blanca se compone por un perfil interminable de edificios de apartamentos en blanco y negro? ¡No te equivoques! La Marina Alta y la Marina Baja, las comarcas costeras más septentrionales de la provincia de Alicante, ofrecen un abanico de pueblos coloridosplayas impresionantes y entornos serranos para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Toma nota de este doble listado: los 10 pueblos más bonitos y las mejores calas al norte de Alicante.

Que la región esté sobreexpuesta al turismo de masas y tenga como capital a la mastodóntica Benidorm no es la mejor carta de presentación posible. Pero la Costa Blanca se descubre como un paraíso. No sólo por ese contraste entre el azul del Mediterráneo y el blanco de los pueblos encalados, las playas y las elevaciones rocosas del que toma el nombre. Sino por la infinidad de variados estímulos que podremos experimentar.

Las hermosas calas de Jávea, el castillo de Denia, el deslumbrante blanco de Altea y las coloridas casas de Villajoyosa marcarán nuestro rumbo por el litoral de la Marina Alta y la Marina Baja. Los acantilados serán nuestros compañeros de viaje con el permiso de las pequeñas calas de piedra que se cuelan con discreción. Los parques naturales, como Montgó o la Serra Gelada, dan el toque verde en un recorrido que también nos proporciona la oportunidad de dirigirnos al interior. Allá donde brotan los campos de naranjos y nísperos. Visitando pueblos de orígenes árabes como los espectaculares Guadalest Polop de la Marina, o parajes naturales imperdibles como las Fuentes del Algar.

El clima benigno, con más de 300 días de sol al año y una temperatura media anual de 17°C, convierten a la Costa Blanca en un destino óptimo para cualquier época del año. La buena red de carreteras permite establecer como base una casa rural y desde allí organizar rutas a las diferentes atracciones de estas bellas comarcas.

Un pueblo multicolor llamado Benimeli

Empezamos nuestro recorrido de norte a sur en la Marina Alta por un pequeño pueblo de origen árabe situado en plena Sierra de Segaria. Olvidado por las rutas tradicionales rutas turísticas, Benimeli sorprende por la amplia gama de colores de muchas de sus casas en una suerte de arcoíris arquitectónico. Azules, ocres y verdes se mezclan armoniosamente en calles, fachadas, portales y ventanas, creando dibujos divertidos de interpretar.

Las calles estrechas y empinadas, las casas señoriales y la iglesia de San Andrés (de planta griega y construida en el s.XVIII) motivarán el paseo por esta pequeña villa de menos de 500 habitantes. Benemeli cuenta con una ruta de senderismo con principio y fin en la plaza Mayor que recorre la Sierra de Segaria, y en cuyo recorrido podremos observar testimonios arqueológicos íberos y árabes.

Situada en pleno centro de Benimeli, os invitamos a conocer la casa rural El LLaurador, Esta elegante casa  del siglo XIX con capacidad hasta 8 personas dispone de terraza con zona spa, piscina de hidromasaje y piscina alimentada por energía solar disponible todo el año. Está situada a 15 minutos de las playas y tiene increíbles vistas a la montaña, ideal para una escapada con amigos o para una gran familia

Denia, capital de la Marina Alta

 A 14 kms de Benimeli nos encontramos con una de las referentes de la Costa BlancaDenia. Probablemente ninguna población de la zona reúna en su seno tal abanico de virtudes para saborear unas vacaciones completas: un centro histórico espectacular, patrimonio artístico, playas de arena fina, posibilidades de ocio y un entorno natural sobresaliente.

En según qué temporada, alojarte en Denia puede ocasionar cierto estrés por las avalanchas que inundan las calles, pero en cualquier caso una visita de un día es imprescindible. El animado puerto deportivo y turístico -con ferrys que parten hacia Ibiza, Formentera y Palma de Mallorca- y el castillo del siglo XI construido sobre un acantilado y que sirvió como fortaleza a la piratería, son los grandes emblemas de la hoy ciudad.

Tendremos la ocasión de dar una vuelta y tomar algo en el barrio de pescadores Baix la Mar, con sus pequeñas plazas y casas coloridas, o en el barrio de Les Roques, entre su entramada de calles y casitas bajas. Si quieres darte un buen baño estival puedes optar por la familiar playa de La Marina. Si prefieres una cala más tranquila e inaccesible en la que practicar un poco de submarinismo, la Playa Arenetes es para ti.

En el caso de disponer de un poco más tiempo para conocer la provincia de Alicante, tienes a tu alcance el Cabo de San Antonio y el Parque Natural del Macizo del Montgó. La vertical orografía, con grandes paredes y barrancos, y la variada riqueza natural, lo convierten en uno de los lugares más singulares de la costa levantina. Existen rutas con diferentes niveles de dificultad para disfrutar de un entorno que impresiona. ¡No seas perezoso y desenfunda las botas!

Las calas de Jávea, un paraíso natural 

Recorriendo la costa hacia el sur alcanzamos otro de los hitos del viaje. Si queremos sumergirnos en calas preciosas de agua cristalina y presenciar amaneceres espectaculares, Jávea -Xàbia en valenciano- es nuestra elección. Las 16 playas y caletas diseminadas en su término municipal la convierten en un destino imprescindible

La playa del Arenal concentra el mayor número de bañistas por encontrarse en pleno pueblo, la accesibilidad para toda la familia y la comodidad de su fina arena. El resto de playas de Jávea son de grava o incluso piedra tosca, incómodas para el baño pero que dotan al entorno de una belleza extraordinaria, muy lejos del prototipo turístico que tenemos de la costa mediterránea. No todo es Torrevieja.

Escondida detrás del Parador de Turismo se ubica la cala del Ministre, que toma su nombre porque allí edificó un ministro de Franco un chalet ahora deshabitado. Se compone de pequeños entrantes que forman casi piscinas con abundancia de pequeños peces. Podemos ver asentamientos de hace más de 20 siglos y contar con la mejor panorámica de la playa del Arenal.

El coche será necesario para acceder al resto de la costa xabienseLa Granadella es una pequeña y concurrida playa localizada entre acantilados en un antiguo barrio de pescadores. Necesaria es la preciosa cala de la Barraca (o Portitxol), con ese contraste de los tonos blancos y azules de las pequeñas casas de pescadores con el ocre de la montaña cortada y el verde de las plantas y el agua. Muy próximo está el Cabo de la Nao, de impresionantes vistas y desde el cual en días claros se puede divisar la isla de Ibiza.

Acantilados y cuevas en la Cala del Moraig

Benitachell es un pequeño pueblo de interior que destaca por los impresionantes 2 kms de costa que forman parte de su término municipal. Entre acantilados de hasta 100 metros de altura encontramos tesoros como la pequeña cala El Moraig, con sus dimunitas piedras y esa agua color turquesa que la baña. Puedes animarte a hacer una sencilla ruta de 300 metros que te permite ver la cala desde las alturas y acceder hasta la falla del Riu Blac.

Con todo, lo mejor de la cala es la Cova del Arcs: una cueva esculpida por el mar en el transcurso de los últimos 60.000 años. Desde su interior en los días de mar en calma se puede observar la entrada de luz por dos grandes arcos y un agujero superior. Si entras, ¡ten cuidado! La oscuridad, lo resbaladizo de la roca y la sensación de claustrofobia pueden jugar malas pasadas.

Teulada-Moraira, doble encanto en uno

Acabamos la ruta por la Marina Alta en un término municipal que supone un perfecto ejemplo de que la belleza está tanto en el interior como en el exterior. Teulada se compone por dos núcleos de población (Teulada en el interior y Moraira en la costa). Junto a la playa de L´Ampolla se ubica el castillo de Moraira, que destaca por la torre vigía y el escudo de los Borbones del año 1742. Las vistas al Peñón de Ifach de Calpe son espectaculares.

Las calles empedradas y las fachadas de sus casas típicas de la Costa Blanca otorgan un encanto especial a esta localidad. Después de tomar un respiro en una de sus terrazas podemos dirigirnos tierra adentro hacia Teulada, donde podemos visitar lugares de interés como la Iglesia de Santa Catalina Mártir. Este edificio de los siglos XVII y XVIII no sólo fue concebido como edificio religioso; fue diseñado para ser usada como fortaleza para proteger a los ciudadanos en caso de invasión de piratas.

Altea, belleza entre Santorini e Ibiza

Reservamos el primer contacto con la Marina Baja para Altea, un bohemio enclave que recuerda en cierta manera a Ibiza. No, no en cuanto a fiesta desenfrenada. Tampoco a los mercadillos hippies. Nos referimos al diseño de un pueblo en la pendiente de una montaña, salpicado por casas blancas que resplandecen con los rayos de sol, pequeños restaurantes y tiendas de artesanía. En la cima se encuentra la impresionante iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, con sus características cúpulas de tejas azules, conocidas como las cúpulas del Mediterráneo.

Las vistas desde el mirador junto a la iglesia son impagables y nos rememoran también a la magia de color de la isla griega de Santorini. Es obligatorio un buen paseo por el casco histórico de Altea entre floridas calles y hermosas plazas (como La Plaça de L’Aigua o la Plaza de la Cruz). También podremos darnos un baño en alguna de sus playas de piedras o, si nos venimos arriba con el pateo, hacer una ruta de senderismo por el Parque Natural de la Serra Gelada y contemplar una postal en vivo del mar Mediterráneo.

Polop de la Marina, naturaleza pura a 20 minutos de la playa

Desde Altea o Benidorm podemos dirigirnos al interior de la Marina Baixa para conocer varios pueblos con encanto y marcados por la abrupta orografía del terreno. A sólo 12 kms de la costa se encuentra Polop de la Marina, un lugar ideal en Alicante para los amantes de la naturaleza rodeado de acantilados, montañas y bosques. La semicircular Plaza de los Chorros es el principal reclamo urbano gracias a los 221 chorros que canalizan las aguas de los antiguos manantiales de la sierra hacia una acequia. No tiene pinta de que tengas que guardar cola para coger agua.

En pleno casco histórico de Polop os invitamos a conocer la casa rural Ravalet 21 un alojamiento con todo el encanto típico y tradicional de su enclave y vistas al mar. Dividida en tres viviendas completamente equipadas e independientes,  Almira,  Alacenas y Alcalisa os permiten alquilarlas por separado o en conjunto para acoger hasta 12 personas.

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