Sorprendente Mérida: Augusta Emerita

Viajamos en esta ocasión hacia la preciosa comunidad de Extremadura, para visitar, una de las muchas poblaciones llenas de cultura e historia, y capital de la misma. Hablamos de Mérida o Augusta Emerita como se llamó en su fundación en la época romana.

La ciudad de Mérida, se encuentra situada sobre las orillas del río Guadiana, que hace las veces de defensa natural. Capital de Extremadura, ha sido una ciudad por la que han pasado infinidad de pueblos de los muchos que han pasado por nuestro país: suevos, visigodos -que la convirtieron en capital del Reino-, y árabes hasta la reconquista en el 1230.

Se trata de una ciudad pequeña que te seducirá por la magnitud de sus monumentos y rincones, fácilmente accesible y con todos los servicios de una gran ciudad. Supone un importante nudo ferroviario e industrial en la región además de un importantísimo centro de interés para arqueólogos, con afán de mostrar las maravillas enterradas en su subsuelo.

Vamos a situar en el mapa los principales atractivos que nos ofrece la ciudad de Mérida:

Recorrer Mérida a pie es sencillo, es muy cómodo, y salvo algún desnivel para llegar a la zona del Teatro Romano, es todo llano.

Si tenéis previsto visitarla en coche, os recomiendo el parking de Atarazanas, que está prácticamente a la entrada de la ciudad vieja y es sencillo entrar y salir de la ciudad desde él.

Os recomendaría en primer lugar visitar la Casa del Mitreo, un ejemplo de domus  situada extramuros y de gran lujo, por el número de habitaciones que han sido excavadas así como por la decoración de las mismas, que si bien es posterior a la construcción de la casa, es algo que indica el lujo de la misma. Prestad especial atención a la decoración de los suelos con coloridos mosaicos.

Desde aquí os recomiendo continuar la visita del teatro y anfiteatro de Mérida.  Se encuentran ambos en el mismo recinto, por lo que con la entrada podéis visitar los dos. No os perdáis ningún detalle ni rincón, ya que para cualquier amante de la cultura clásica, será una delicia sin necesidad de viajar a Italia.

 

El teatro, sede actual del Festival de Teatro Clásico de Mérida desde 1933, se corresponde con la arquitectura de los tratados de Marco Vitruvio, y así es similar a los que podemos encontrar en Roma o Pompeya. Con capacidad para 6000 espectadores, la grada reposa sobre un montículo de la zona. Respecto al escenario, está formado por dos sillares de mármol rojizo donde descansan dos hileras de columnas dóricas que combinan el mármol blanco con mármol de vetas azules. Las estancias situadas en la parte trasera y lateral, serían utilizadas por los actores. En la zona trasera del teatro se construyó un jardín para el esparcimiento o peristilo, donde se encontró una representación del emperador César Augusto.

Respecto al anfiteatro, se ha comprobado que se construyó poco después del teatro y se aprovechó igualmente el montículo para la construcción de las gradas. Por desgracia, solo podremos disfrutar de las partes inferior y media (ima y media cavea). Disponía de 16 puertas de acceso, y un muerte que servía de protección al público que se encontraba ricamente decorado con pinturas sobre los espectáculos que se llevaban a cabo en el anfiteatro y que podremos disfrutar en el Museo Nacional de Arte Romano.

Cuando terminemos esta visita, que será la que mayor tiempo nos llevará, os recomiendo encarecidamente visitar el Museo Nacional de Arte Romano, donde podréis encontrar infinidad de piezas que provienen tanto del teatro y anfiteatro así como de las excavaciones que se han llevado a cabo. La colección es impresionante, no os lo perdáis por nada del mundo.

Como seguramente sea la hora de la comida, os invito a caminar hacia el foro y el templo de Diana, o sus restos mejor dicho. Del foro solo queda los resto de uno de sus pórticos y justo en el foro era donde se encontraban diversos edificios públicos, entre ellos el templo de Diana, del que existen numerosas columnas de estilo jónico. Una visita obligada -si, otra más- que podréis admirar dando un paseo y buscando dónde comer, algo que llegando a la plaza de España es muy sencillo.

Desde la plaza de España podréis visitar tanto el impresionante puente romano que cruza el Guadiana como los restos de la alcazaba árabe, que es la construcción de este tipo más antigua de la península, o bien el arco de Trajano, que en verdad se construyó en época de Tiberio. Éste se situaba en un extremo del foro y daba acceso al mismo.

La siguiente parte de la visita, podéis hacerla caminando, aunque son puntos que están un poco distantes entre ellos.

Os recomiendo visitar en primer lugar el acueducto de los milagros, construcción que en época romana suministraba agua a la ciudad. Es un acueducto fácilmente reconocible, ya que es una de las imágenes más típicas de Mérida. Existe otro acueducto, el de San Lázaro, del que solo quedan unos tres pilares y algún arco, y cuyo material se reutilizó para un nuevo acueducto del siglo XVI.

Próxima a los resto del acueducto de San Lázaro, encontramos los restos de las termas, próximas al circo romano, con sus 400 metros de longitud y 100 metros de ancho, y que albergaban hasta 30.000 espectadores, para disfrutar de las carreras de bigas y cuadrigas.

A la sombra de tanto esplendor romano, tenemos dos templos cristianos a destacar, como son la contatedral de Santa María la Mayor, erigida sobre la antigua catedral visigoda y la basílica de Santa Eulalia, de estilo gótico extremeño tardío y construida sobre el túmulo funerario de Santa Eulalia, patrona de la ciudad.

Existen otros muchos puntos para visitar en la ciudad,  por lo que os animo a visitar la página de consorcio de Mérida y planificar la ruta a vuestro gusto

 

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