La Alberca, el pueblo de fantasía que abrillanta la Sierra de Francia

¿Quieres conocer un puñado de pueblos a cual más encantador? ¿Prefieres disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor? ¿Necesitas recuperar el kharma en santuarios y monasterios perdidos en la montaña? ¿Por qué no tenerlo todo? Viaja con nosotros al Parque Natural de Las Batuecas – Sierra de Francia, en la provincia de Salamanca, para descubrir magníficos tesoros como La Alberca o Mogarraz. ¡Vámonos!

Cualquier listado que se precie incluye a La Alberca entre los diez pueblos más bonitos de España. En este caso es indiscutible en un plano más objetivo, porque fue el primero del país en obtener la distinción de Monumento Histórico-Artístico gracias a esas casas serranas “de sorpresas pintorescas” que atraían tantos artistas. Corría el año 1940 cuando este pueblo ofreció la luz y color de sus balconadas a un país ennegrecido por la reciente Guerra Civil. Hemos cambiado de siglo y superado el 75 aniversario, pero La Alberca continúa siendo un referente turístico. Y, ahora, ya son hasta cinco los municipios de la reserva declarados como Conjuntos Histórico-Artísticos.

La Alberca da esplendor al Parque Natural de Las Batuecas – Sierra de Francia. El visitante cumple a la perfección con la definición de batueca: “hallarse distraído y como ajeno a lo que sucede a su alrededor”. No podemos sino desconectar de nuestras preocupaciones del día a día viendo los retratos de personas por las calles de Mogarraz, el pueblo medieval amurallado de Miranda del Castañar, haciendo una ruta de senderismo al Chorro de Las Batuecas, ascendiendo hasta casi el límite con el cielo al Santuario de la Peña de Francia. Hasta podremos ver un pequeño museo de arte contemporáneo en pleno campo.

El Parque Natural de Las Batuecas – Sierra de Francia toma el nombre tanto del principal río que lo atraviesa como de la comarca a la que pertenece. Cuidado, el topónimo es tan común que puede generar confusión. Por una parte, es conocida como Sierra de Francia la comarca, probablemente la que tiene mayor sentido histórico y tradicional de Salamanca. Al sur de ésta encontramos el parque natural, con identificación parcialmente compartida. Francia es también un río que transita por aquellas tierras. Aparte de la obviedad de que existe un conjunto de montañas que originan el nombre a toda el área de influencia. Con este lío sólo podemos decir: Oh, mon Dieu!

En esta entrada nos centramos en la superficie del parque natural, que concentra gran parte de las atracciones turísticas de la comarca, con La Alberca como clara referencia. Se trata de un espacio natural con una extensión de 30.183 hectáreas que se halla en las estribaciones de la Cordillera Central, entre las cuencas hidrográficas del Tajo y del Duero. Está compuesto por hermosos valles y frondosos bosques bañados por cuantiosos ríos y arroyos, que salvan los rigores de la orografía. Los más de 1700 metros del Pico Hastiala y de la cresta de la Peña de Francia contrastan con los 400 metros de altitud al sur, hacia el pueblo de Sotoserrano.

Los grandes desniveles, con sus laderas pronunciadas y profundos valles, propiciaron que durante muchos siglos fuese un territorio completamente aislado y con una huella humana residual. Hasta que Alfonso IX de Borgoña, rey de León, iniciara a finales del XI un proceso de repoblamiento con atracción de una importante comunidad procedente de Francia y de ciertos territorios del norte de la Península Ibérica, con el fin de convertir esta zona por entonces limítrofe de Castilla en un cortafuegos para detener el avance musulmán. De ahí que numerosos topónimos de la comarca posean el nombre del país galo.

El aislamiento histórico de un área encuadrado en una orografía incómoda y lejos de los grandes núcleos urbanos de la región, ha propiciado que encontremos en el Parque Natural de las Batuecas – Sierra de Francia un total de 15 pueblos que coinciden en la conservación de una exquisita arquitectura tradicional así como de las más ancestrales tradiciones. La influencia de las culturas musulmana, judía y cristiana alcanzan a las técnicas agrícolas, la arquitectura y el urbanismo, marcando el propio carácter de sus habitantes.

La Alberca, el pueblo que enamora no sólo a los artistas

Ahora sí, empezamos a saborear las mieles de ese encantador pueblo con casas apiñadas en tortuosas calles, fachadas con balcones coloridos de flores y pequeñas plazas con cruceros de granito. Dejaremos el coche en alguno de los aparcamientos situados a las afueras porque el tráfico está restringido por el centro para dar un delicioso paseo en el que contemplaremos un repertorio magnífico de viviendas típicas serranas. Habitualmente compuestas por dos plantas, la inferior construida con mampostería de granito y argamasa de barro, y la superior con el entramado de maderas con los vanos rellenos de piedra y adobe.

La Alberca fue situada en el mapa a principios del siglo XX, cuando grandes artistas e intelectuales como José Ortega y GassetMauricio Legendre o Joaquín Sorolla quedaron prendados. Con el paso de las décadas evolucionó hasta convertirse en un centro turístico rebosante de vida durante los fines de semana, con un ajetreo continuo de visitantes que pernoctan en una de sus diversos alojamientos rurales y recobran energía comiendo chuletones de morucha (raza bovina autóctona de Salamanca) o cabrito en alguno de sus restaurantes.

La Plaza Mayor es el corazón de la localidad, sobresaliendo las grandes balconadas del Ayuntamiento y la Casa Ducal, situándose en el centro una fuente y un crucero del siglo XVIII que tiene grabados los símbolos de la Pasión de Cristo. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (siglo XVIII) cuenta con un interesante púlpito de granito policromado y hay hasta cinco ermitas en los alrededores, siendo la más interesante la de Nuestra Señora de Majadas Viejas, a 3 kms del núcleo urbano y que se puede recorrer por un sendero que veremos más adelante en este post.

Desde La Alberca a Mogarraz, el inquietante pueblo que nos mira

Mogarraz también se encuentra incluido en el listado de los pueblos más bonitos de España. El aislamiento durante siglos gracias a su ubicación entre los espesos bosques de la Sierra de Francia ha permitido una mejor conservación de su arquitectura y tradiciones. Las estrechas callejuelas medievales están flanqueadas por preciosas casas serranas con típicos entramados de madera, adobe y piedra. Muchas de ellas llegan hasta los cuatro pisos de altura, lo que es bastante inusual debido a su antigüedad.

Pero lo que convierte en verdaderamente especial a Mogarraz son los retratos vintage de los ciudadanos que se agolpan en las fachadas. Todo empezó en 1967, cuando un vecino que había emigrado a Canarias regresó con cámara en mano e inmortalizó a todos aquellos que necesitaban de una foto para los recién instaurados DNIs. Muchos años después fueron encontradas todas esas fotos en una vieja caja de puros. El artista Florencio Maillo decidió reproducir esas 388 fotos en retratos de grandes dimensiones con pinceles, óleo y cera caliente y regalárselas a cada vecino.

Quien iba a suponer que esa muestra artística concebida en 2012 para humanizar durante unos pocos meses esas frías calles de piedra, acabaría convirtiéndose en la gran seña de identidad del pueblo hasta el punto de que los propios vecinos, retratados o descendientes, se niegan a retirarlas. No sólo eso: se ha incrementado el número de retratos hasta superar los 700. Esos rostros grises, esas expresiones generalmente grises, si acaso con sonrisas socarronas, que siguen nuestros pasos por cada rincón de esta fantástica aldea que nos hace retroceder en la máquina del tiempo.

Mogarraz conserva una magnífica artesanía labrada a lo largo de los tiempos en sectores como la joyería, sus bordados o sus trajes tradicionales, contando estos últimos con fama internacional debido a la complejidad y suntuosidad de sus conjuntos. Esto queda muy bien reflejado en su Museo Etnográfico y en la Casa de las Artesanías, donde podremos ver los maravillosos bordados, los cueros o las filigranas de oro y plata bordadas a mano por los maestros artesanos.

Miranda del Castañar, los secretos de la villa amurallada

En el extremo oriental del Parque Natural de Las Batuecas – Sierra de Francia aparece sobre un promontorio rocoso Miranda del Castañar. Este pueblo comparte con La Alberca y Mogarraz la esencia medieval desprendida por las características casas de mampostería de la sierra junto a otras de granito con blasones en las fachadas. Pero la particularidad que convierte en especial a Miranda es la muralla de más de 600 metros que rodea la villa histórica. La perfectamente conservada muralla sólo puede ser atravesada a través de de las cuatro puertas existentes y que están orientadas a los puntos cardinales.

Hasta mediados del siglo XIX Miranda del Castañar fue la capital del condado de la Sierra de Francia, lo que dotó a sus calles de un cierto aire nobiliario que podemos apreciar con una multitud de escudos y blasones. En nuestro paseo por este medievo serrano destaca el imponente pero sobrio castillo de los Zúñiga que domina el horizonte. Mientras recorremos cada empedrada callejuela llegaremos a la plaza, cuadrada, del siglo XVI y acondicionada para convertirse en plaza de toros. Finalmente llegaremos a la iglesia parroquial y la curiosa Torre de las Campanas, financiada por los vecinos para evitarse tener que pagar a la Iglesia por doblar las campanas en caso de fallecimientos.

Villanueva del Conde y otros tesoros que complementan a La Alberca

Ya por fuera de los límites del Parque Natural de Las Batuecas – Sierra de Francia encontramos tres núcleos urbanos declarados conjunto histórico-artístico. Si tenemos tiempo no podemos prescindir de Villanueva del Conde, cuyo término parcial penetra parcialmente en el área del parque natural.

Destaca por presentar una estructura urbana amurallada donde las casas se organizan formando un conjunto cerrado dejando una plaza o patio interior, con las fachadas hacia el exterior. Es una estructura defensiva que deja resguardados sus patios interiores llamados huertitas, a los que solo se puede acceder desde las propias casas o mediante tres accesos llamados callejinas, construidas bajo las casas y que permiten a sus vecinos atravesar el pueblo de lado a lado sin dar tanto rodeo.

Muy próximo a Villanueva del Conde se encuentra Sequeros, geográficamente fuera en su totalidad del parque natural. Mantiene las características de la arquitectura serrana sólo que las combina con casas más grandes de aire burgués, de varias alturas y construidas a golpe de granito durante el siglo XIX y comienzos del siglo XX. Siguiendo dirección norte podemos llegar a San Martín del Castañar, justo en el límite de la reserva de Las Batuecas. Allí descubriremos interesantes ejemplos de la arquitectura tradicional de entramado serrano, antiguas casas blasonadas y la iglesia con artesanía mudéjar.

Imprescindible y cerca de La Alberca: el Chorro de Las Batuecas

A unos pocos kms al sur de La Alberca y tras superar una mareante carretera repleta de curvas penetramos en el hermoso Valle de Las Batuecas. Si Lope de Vega lo definió como “perpetuo lugar de felicidad”, por algo será. La exuberante vegetación bien nutrida por las aguas del río Batuecas y protegida por las paredes serranas es el refugio ideal para corzos, jabalís, águilas reales y cigüeñas negras. Pero no sólo los animales aprecian estos parajes tan dejados de la mano de Dios. Los monjes, siempre tan amantes del silencio y la tranquilidad, no pudieron encontrar mejor ubicación para el monasterio de San José. Y nuestros antecesores los cavernícolas anduvieron por estas latitudes según atestiguan las pinturas rupestres.

Procura completar la ruta lineal de 11 kms (ida y vuelta) de dificultad media desde el aparcamiento situado en las cercanías del monasterio de San José hasta el Chorro de las Batuecas. Tras un km por una pasarela de madera alcanzamos a ver el enigmático monasterio, impenetrable para no perturbar la vida contemplativa de sus habitantes. Fue fundado en 1599 como válvula de escape de las creencias paganas que no hacían sino crecer por aquellas tierras. Tal era la necesidad de silencio de los antiguos monjes que se construyeron hasta veinte ermitas diseminadas en el valle para que pasaran temporadas en la más extrema soledad.

Tras un paseo por bosque con árboles centenarios hallamos el Canchal de la Cabras Pintadas y el Canchal del Zarzalón, pinturas rupestres del neolítico cuyas escenas de caza apenas sí podemos distinguirlas por mor del paso del tiempo. A continuación tenemos a nuestra disposición unas pozas ideales para tomarnos un baño si la climatología es propicia. En este punto se queda la mayoría de la gente, pero te recomiendo que continúes el camino, ya sin señalización pero identificable por las montañas de piedras (hitos), hasta el Chorro de las Batuecas. Cierto es que esta cascada de 10 metros sólo lleva agua en época de lluvias, pero no dejes de visitar un entorno más de montaña donde probablemente divises animales.

Caminos de Arte en la Naturaleza en la Sierra de Francia

Tienes cuatro alternativas para practicar senderismo con un denominador común: la perfecta simbiosis entre naturaleza y arte contemporáneo. Son los Caminos de Arte en la Naturaleza, una original propuesta para recorrer caminos asequibles observando el fantástico entorno del Parque Natural de Las Batuecas pero encontrándonos con una sucesión de obras de arte óptimamente integradas: sirenas junto a un arroyo, puertas en el campo, plumas de bronce, camas orgánicas… Hasta un conjunto de asteroides perdidos en una ermita. No pierdas la ocasión de recorrer al menos una de estas rutas circulares.

Camino de Las Raíces en La Alberca

Un recorrido de 8 kms por un bosque de robles y castaños con principio y final en La Alberca nos adentra por una serie de espacios relacionados con las tradiciones y la cultura de las gentes de la localidad. Encontramos la ermita de las Majadas Viejas, destino de romerías y fiestas populares, y la ermita en ruinas de San Marcos, que presenta la instalación artística llamada Asteroide S 09 2010. La laguna de San Marcos brilla con luz propia en esta ruta, gracias a su variedad paisajística (robles, brezos, retamas, etc) que da cobijo a un amplio abanico de aves como mirlos y petirrojos, mamíferos como el corzo y el jabalí, reptiles y anfibios.

Camino de Los Prodigios

Transcurre entre las localidades de Miranda del Castañar y Villanueva del Conde, siendo con 10 kms la más larga del póquer de Caminos de Arte en la Naturaleza. Entre los frondosos bosques de robles, castaños y olivos encontraremos piedras convertidas en huevos de oro, las camas prodigiosas donde descansan las plantas, un estanque decorado con peces, un árbol con cabeza de dragón o esculturas de animales.

Asentadero-Bosque de los Espejos

Esta senda de 9 kms recorre los pueblos de San Martín del Castañar, Sequeros y Las Casas del Conde. El itinerario está revestido de robles, castaños, unos cuantos arroyos y un buen abanico de viñedos. Podremos ver obras de arte de lo más pintoresco: una vidriera al aire que sirve de acceso a la pequeña ermita de Santa Lucía, una puerta que comunica el campo con el campo, rocas cosidas con un hilo, las tallas artísticas hechas sobre algunos olivos en Las Casas del Conde… Incluso podremos tomar algún objeto del bosque en la Torre del Intercambio a cambio de que dejemos otro en su lugar.

Camino del Agua

El camino de Arte en la naturaleza más corto, de 6 kms, une los pueblos de Monforte de la Sierra y Mogarraz, discurriendo entre bosques de castaños, robles, olivos, vid, y madroños. El sonido del agua se convierte en un compañero durante el recorrido, a través de torrentes, arroyos y por último el río. En sintonía con el líquido elemento encontramos jaulas, sirenas y hasta las Siete Sillas para Escuchar, desde dónde podemos intentar adivinar cómodamente los secretos escondidos en tan bello paraje.

Las vistas espectaculares desde el Santuario de la Peña de Francia

No debes omitir la ascensión al Santuario de la Peña de Francia. Los monjes dominicos eligieron un emplazamiento a 1723 metros sobre el nivel del mar y en lo más alto de la montaña para construir en el siglo XV un conjunto monumental comprendido por la iglesia gótica, el convento, la plaza y la hospedería. Algunos elementos han sido añadidos a posteriori, como la fachada neoclásica del siglo XVII y la torre del XVIII.

Se rinde devoción a Nuestra Señora de la Peña de Francia, una virgen negra a la que se le atribuyen diversos hechos milagrosos. Cuenta la leyenda que se le apareció a un estudiante de París y le emplazó a buscar una imagen suya por estas tierras de Salamanca. La encontró en una gruta y después la alojó en la iglesia construida en el risco.

Al Santuario, declarado monumento artístico en 1956, se puede acceder por carretera con buenas condiciones climatológicas y también a través de rutas a pie. Eso sí, son rutas sólo aptas para aficionados al trekking con buena forma física. Más allá del conjunto monumental, la ascensión a estas alturas merece la pena por los miradores existentes en los alrededores, desde los cuales se divisa toda la dehesa del Campo Charro hacia el norte, la Sierra de Tamames hacia el este, y el pantano de Gabriel y Galán hacia el sur, aparte del resto del macizo montañoso.

Mapa de la ruta por La Alberca – Sierra de Francia (Las Batuecas)

Os dejamos una ruta con los principales puntos de interés en este itinerario por La Alberca y el Parque Natural de Las Batuecas – Sierra de Francia.

Hasta aquí este post sobre lo mejor de La Alberca y el Parque Natural de las Batuecas – Sierra de Francia. ¿Crees que La Alberca está entre los 5 o 10 pueblos más bonitos de España? ¿Cuál destacarías por encima de él en tu lista? Si te ha gustado el artículo, difúndelo a través de tus redes sociales. Nuestros cerditos te lo agradecerán.

¡Nos vemos en la próxima!

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