Apenas hace 3 meses volvía de pasar 2 semanas recorriendo los cuatro puntos cardinales de Georgia. País, no estado. Como me ocurre con muchos otros países, quería visitarlo porque es uno de esos rincones raros. Y no porque quisiera visitar o experimentar algo específico, sino porque, joder, es el Cáucaso. Una región increíblemente desconocida, ya que a partir de ahí acaba el mundo como lo conocemos en Europa. Y razones hay para este desconocimiento.
Si seguimos una trayectoria al sur desde Moscú llegamos a unas montañas que indican el final de Rusia. Se trata de las montañas del Cáucaso. Todo lo que queda más allá apenas existe en libros de historia o en nuestra educación occidental. Es como un agujero negro histórico y geográfico. Una zona más omitida aún que los Balcanes o los países bálticos, pero que sin embargo da nombre a toda una raza/etnia blanca (la caucásica).
Todo este misterio es el que me atrajo a visitar ese pedazo de tierra emparedado entre el mar Negro y el Caspio. Solo tuve la ocasión de visitar Georgia, pero en la zona hay mucho más de lo que se ve en un simple mapa. Más allá de Georgia, Armenia (así como partes de Turquía) y Azerbaiyán, habría que contar norte de Irán, sur de Rusia y los rompecabezas de Abjasia, Osetia del Sur, Nagorno Karabaj. En fin, que la región, aunque pequeña, tiene su historia.
Lo que descubrí en esas 2 semanas en Georgia me dejó impactado. Por lo inesperado de su diversidad, su riqueza cultural y por la alegría de sus gentes. Sí, ya sé que suena a panfleto publicitario de oficina de turismo de cualquier otro país del mundo, pero quizás porque no esperaba nada de Georgia, aquí la sorpresa fue mayor. Comida, playas, prados, montañas, ski, comida, viñedos, cuevas, deportes de aventura, comida, edificios soviéticos, mezcla de culturas, aguas termales, y lo más importante, que no se me olvide, la comida. Todo esto en un área más pequeña que Castilla La Mancha (¡saludos vecinos!).
Durante el viaje un extraño pensamiento me golpeaba la cabeza una y otra vez: ¿qué hace la gente yendo tanto a Suiza y no a Georgia? Al principio no sabía muy bien por qué me venía precisamente Suiza a la cabeza. Especialmente porque no he estado. Pero sentía que lo que estaba viviendo en Georgia lo había vivido a través de fotos y experiencias de amigos y conocidos que sí habían visitado Suiza. Por tanto, este es un artículo un tanto sesgado pero que no quería dejar de escribir, ya que fue un pensamiento constante que tuve (para bien o para mal) y me gustaría conocer la opinión de otros. Que conste que no quiero menospreciar Suiza, pero estando en Georgia me pareció que el país caucásico igualaba e incluso superaba en interés al país helvético.
Tabla de contenidos
MÚSICA INSPIRADORA PARA LEER LA ENTRADA
1. GEOGRAFÍA
Es innegable. Con casi toda seguridad la razón nº1 para ir a Suiza es disfrutar de paisajazos como Interlaken, el monte Matterhorn (o Cervino en español, me acabo de enterar), o el lago Davos. La lista puede ser muy larga, y la configuración montañosa de Suiza le permite ser uno de los mejores destinos turísticos para hacer excursiones, cámping o deportes de aventura.
Todo esto, o bastante parecido, se encuentra también en Georgia, incluyendo los deportes de aventura. Sólo en la zona de Svaneti (norte del país) puedes encontrar paisajes muy parecidos, incluyendo picos montañosos, valles, lagos, glaciares y pueblos perdidos. Como curiosidad, Ushguli es el pueblo permanentemente habitado más alto de Europa (más de 2.100 m). Aparte de Svaneti, Georgia tiene una segunda zona montañosa en Kazbegi, a mi juicio más parecido a los Pirineos que a Suiza, pero no por ello menos impresionante. Si nos vamos a la zona del sureste nos encontramos con valles mediterráneos e incluso zonas desérticas, lo cual es increíble teniendo en cuenta lo pequeño que es el país. Algo que para mí es una ventaja, pero que quizás para otros sea un inconveniente, es que la naturaleza georgiana está menos explotada, menos turistizada (¿existe esta palabra?), y por tanto es más salvaje. Esto es, por un lado es más fácil perderse. Pero por otro, es más fácil perderse. Depende de cuán positivo o negativo te parezca esto.
2. COMIDA
Sobre gustos no hay nada escrito, que se dice, pero la variedad grastronómica en Georgia es mayor que en Suiza. La gastronomía helvética no es precisamente muy conocida, aunque si hay algo que destaca son los quesos (Emmental y Gruyère, entre otros), la fondue y por supuestísimo, el chocolate. Por cierto, que no es por deslumbrar la comida suiza, (vais a pensar que tengo algo en contra de ellos), pero no deja de ser curioso que en pueblos como Appenzell comen perro (!).
En el caso georgiano tenemos un dato curioso, y es que en el hemisferio occidental es prácticamente desconocida, pero en el llamémosle hemisferio ex-soviético la comida georgiana está increíblemente extendida y reconocida. Para haceros una idea, la comida georgiana en Rusia es como la comida italiana en Europa. En ella encontramos numerosas variedades de pan (puri, mchadi, …) queso (sulguni, imeruli, …), ensaladas, salsas, frutas y platos tanto de carne como de pescado. De hecho, un viaje a Georgia puede ser considerado toda una experiencia gastronómica, ya que cada región tiene distintos platos y en 2 semanas te falta tiempo para probarlo todo.
No he mencionado el vino porque no soy muy entendido del tema, pero Georgia es su lugar de nacimiento. Por lo que me dijeron allí, a diferencia de en Europa, el vino georgiano no se mantiene en barriles de madera, sino en ánforas subterráneas, lo que le da un cuerpo y aroma distinto. Además, y también a diferencia de en Europa, las uvas ni se pelan ni se les quita la pepita de dentro. Al contrario, para extraer el líquido se utiliza absolutamente todo, inclusive cualquier ramita u hoja que pueda colarse. Ya digo que yo no soy entendido en vino y me da lo mismo uno que otro, pero hablando con “supuestos entendidos” el vino georgiano sabe mejor porque es más natural.
3. GENTE
Aquí obviamente depende de la experiencia de cada uno, por lo que los siguientes párrafos es más subjetivo aún si cabe que los anteriores. Mi trato con suizos se reduce a correcto. Es decir, son amables y educados, pero poco más. Los alemanes me parecen más divertidos. Saca conclusiones de ahí.
En el mundo ex-soviético los georgianos son conocidos como los italianos del mundo rusófono. Como español que soy me parecía que seguro que era una exageración, ya que la imagen que tenemos de los pueblos que quedan más al este de Polonia es de gente un tanto ruda y seria. Nada más lejos de la realidad. Un georgiano totalmente desconocido es totalmente capaz de sacarte de una depresión en un cuarto de hora. Suena pedante pero son dicharacheros y vivaces hasta el extremo (siempre he querido usar estas dos palabras y aquí expresan mejor que cualquier otra el caracter georgiano), tienen una alegría constante y se nota que corre sangre caliente por sus venas, comparados con sus vecinos norteños. Al georgiano le gusta estar en la calle, reirse de todo, bailar, cantar hasta que le revienten los pulmones, le gusta mostrarte cómo Georgia es el mejor país del mundo en cualquier aspecto, y beber. Va contra las leyes de la física intentar tumbar a un georgiano. Ni un ruso puede competir con ellos. Además son extremadamente amigables y hospitalarios, y son capaces de dedicarte un día entero sin conocerte a cambio de nada. En mi experiencia caucásica fui invitado a una comida familiar, me llevaron de gratis a una ciudad a más de 5 horas de carretera montañosa, e incluso el conductor de la marshrutka que me llevaba al siguiente destino paró en un restaurante para invitarme a comer.
Es por eso que mezclarte con georgianos es diversión asegurada, ya que vas a terminar bebiendo, comiendo e inmiscuyéndote en la vida familiar de los locales. Y es increíble, porque no tienen mucho pero lo dan todo.
4. CLIMA
En Suiza el clima es lo que se llama templado, aunque depende mucho de la región. Obviamente en las montañas hace una rasca que te cagas, pero por otro lado tienen incluso valles al sur con climas mediterráneos (efecto Föhn). Pero por lo general el clima es fresquito y húmedo.
En Georgia tienes las cuatro estaciones: la del ski, la de los colores, la de sudar como un pollo y la de árboles rojizos. La capital, Tbilisi puede ser un horno de +40ºC durante los meses de julio y agosto. Razón por la cual la gente huye despavorida hacia Batumi para disfrutar de 3 o 4 meses de playa en el Mar Negro. Por otro lado en Svaneti puedes disfrutar de temperaturas incluso rozando cero en pleno verano a poco que te pongas a hacer senderismo montaña arriba. En general el clima de Georgia está considerado subtropical, lo que te permite disfrutar de un tiempo más templado que en Suiza.
5. ECONOMÍA
Quizás una de las razones que más marca la diferencia. Si has estado en Suiza sabrás que a las dos horas de poner el pie allí la cartera ya está sangrando, y que una vez de vuelta en España está en coma. Quitando si acaso el vuelo, que suele ser barato desde Europa, el resto es como si tu bolsillo fuera un grifo de monedas con pérdidas.
En el caso de Georgia es al contrario. El vuelo es lo más caro, pero una vez allí todo es cuesta abajo. Incluso en la capital, Tbilisi, te puedes inflar a comer como una morsa y no pasar de los 10€. ¡Pero si sólo fuera la comida! El alojamiento, transporte y visitas turísticas tienen todos precios ridículos. 16€ por habitación doble con tu propia cocina y baño, trayectos de 5 horas de marshrutka por 3€, forfeit para hacer ski todo el día por 7€… Venir a Georgia supone limitarte mucho menos a la hora de disfrutar de todo lo que el país puede ofrecerte. Y eso, a la hora de acumular experiencias de viaje se nota.
CONCLUSIÓN
Lo repito, no es mi intención menospreciar Suiza, sino más bien dar a conocer un poco más las grandes ventajas que tiene Georgia, ya que en mi opinión tiene incluso mejor oferta que el primero pero peor márketing. Obviamente tiene también sus desventajas, como pueden ser el idioma o las infraestructuras turísticas, pero que a mi modo de ver no son muy relevantes. Viajar a Georgia supone experimentar una cultura aún más distinta a la nuestra y descubrir un país que mucha gente ni siquiera sabe poner en el mapa.
En fin, ahora te toca a ti. Si has estado en alguno de los dos, o en ambos, ¿estás de acuerdo? Soy todo oídos (ojos, en este caso) y me encantaría poder ver otros puntos de vista de otros viajeros con similares o distintas opiniones sobre el tema, así que te invito a dejar un comentario debajo con cualquiera que sea tu opinión.