Ruta para ver Asturias en 4 días: Cabrales, Covadonga y costa oriental

¿Quieres subir al hasta hace poco incomunicado pueblo de Bulnes a través del funicular? ¿Recorrer la célebre Ruta del Cares? ¿Deleitarnos los preciosos y siempre verdes Lagos de Covadonga? ¿Descendemos en canoa el río Sella antes de descubrir Ribadesella, Llanes y otros pueblos bonitos a pie de mar? ¿Nos bañamos en las preciosas playas de Torimbia o Cuevas del Mar? Todo esto lo puedes hacer en la ruta de 4 días en coche por el oriente de Asturias que te ofrecemos en esta superguía.

Paraíso natural. Nunca un eslogan publicitario fue tan preciso para definir un destino turístico. Asturias encierra ante todo la verde belleza de los Picos de Europa y los ríos que surcan sus valles y gargantas. Playas que se transforman en función de las mareas. Acantilados azotados por las violentas olas del Cantábrico. Villas marineras preciosas como Tazones o Lastres en simbiosis con el mar.

La historia también ha dejado su huella en el oriente de Asturias. Las huellas de dinosaurios que podemos contemplar en diversos emplazamientos del litoral, el puente romano de Cangas de Onís, la mano de don Pelayo en el santuario de Covadonga. Y, cómo no, podremos disfrutar de una gastronomía deliciosa con carnes a la brasa, el cachopo, los fabes, todo bien regado con la sidra natural pertinentemente escanciada. Y de postre, el arroz con leche o la tarta de queso.

Así que no te pierdas esta guía: qué ver y qué hacer en Asturias oriental en 4 días

Iniciamos nuestra ruta asturiana de 4 días por una de sus comarcas más célebres, aquella que da nombre a ese queso azul de textura mantecosa, sabor fuerte y cierta acidez que cuenta con tantos fanáticos como detractores. Después de transitar por carreteras serpenteantes y dejando atrás valles, montañas y alguna que otra aldea, llegamos a Arenas de Cabrales, una de las principales puertas de acceso al Parque Nacional de los Picos de Europa.

En la comarca de Cabrales podríamos estar una semana descubriendo la palpitante naturaleza de la montaña astur, con un amplísimo repertorio de rutas de senderismo a cual más interesante, pueblos con encanto y una gastronomía contundente que pone a prueba a los estómagos más frágiles. Pero en visitas rápidas como la que nos ocupa en este artículo, hay dos obligaciones ineludibles: recorrer la senda del Cares y ascender al pueblo de Bulnes a través de su conocido funicular.

Arenas de Cabrales, o el “hola” a los Picos de Europa

La localidad de Arenas de Cabrales es la capital turística del concejo y donde podremos encontrar numerosas opciones alojativas y gastronómicas. En su pequeño centro histórico, vertebrado por el estrecho río Casaño, podemos descubrir palacios medievales como La Casa del Torrejón o la Casa de la Papera. Si tienes tiempo y te cuadran las horas, haz una visita a la Cueva del Queso: durante 45 minutos aprenderás el proceso de elaboración del quesu de Cabrales y te deleitarás con una degustación de tan preciado producto.

La ruta del Cares: la Divina Garganta desde el estrecho desfiladero

Recuerda que tienes que reservar medio día para conocer la senda del Cares, la ruta más transitada de la Cordillera Cantábrica que presenta una espectacularidad al alcance de muy pocos lugares en España. Para muchos, sólo es comparable la senda a la Cascada Cola de Caballo en Ordesa (Huesca). Procura madrugar para encontrar aparcamiento en las inmediaciones del funicular de Bulnes, justo a la salida de la localidad de Poncebos, distante 6 kms de Arenas de Cabrales. Robar horas al sueño te permitirá también hacer la primera parte del itinerario sin la habitual multitud.

El paso del río Cares por entre los Picos de Europa ha creado un paisaje brutal que bien merece la pateada de 22 kms en recorrido de ida y vuelta desde Poncebos hasta Caín, población ya perteneciente a León. La única dificultad radica en la distancia, ya que la senda es llana y muy fácil de seguir con un mínimo de preparación. Unas zapatillas deportivas y una mochila con agua y algo de avituallamiento son suficientes para completar ese tránsito por tan majestuoso (y en ocasiones estrecho) desfiladero esculpido en la roca. Te aseguro que nunca olvidarás estas seis horas de recorrido a través de grutas y puentes que salvan la espectacular garganta.

El funicular de Bulnes allá donde no llegan los coches

Durante siglos y hasta el año 2001, al precioso pueblo de Bulnes sólo se podía llegar tras una hora de caminata desde Poncebos. Lo abrupto del terreno hacía impensable la construcción de una calzada o de una carretera. Hasta que se vació una parte de la montaña para meter un funicular que en milimétrica línea recta y tras sólo 2 kms y 8 minutos, te sube sin esfuerzo alguno desde Poncebos. Siempre puedes emular el camino que durante cientos de años anduvieron tantas generaciones, con unas vistas sensacionales. O descubrir tamaña obra de ingeniería. Nada económica, por cierto (22,16 € ida y vuelta).

Bulnes ha quedado como un escaparate turístico, con sus alojamientos y restaurantes. Poco se conserva de aquel pueblo de pastores incomunicado. Sin embargo, es imprescindible rendir visita a estas bellas casas al pie de escarpadas laderas de piedra, bañadas por un río y rodeadas de frondosa vegetación. Los restaurantes colaboran en esta pintura con un colorido y una originalidad que entronca, aunque parezca contradictorio, con lo añejo de lugar. Imprescindible resulta ascender al mirador del Urrellu, a sólo 10 minutos, para obtener las mejores vistas del Naranjo de Bulnes. Ese imponente pico calcáreo de más de 2.500 metros de altitud que es todo un emblema de la región.

Día 2: Lagos de Covadonga y Cangas de Onís

Para nuestra segunda jornada de nuestra ruta de 4 días por Asturias nos desplazamos por la cómoda carretera de interior AS-114, desde Arenas de Cabrales hasta Covadonga, adonde llegamos tras recorrer 32 kms en poco menos de 40 minutos. Si nos lo hemos tomado con calma y se nos echa encima la hora del almuerzo, valora detenerte a mitad de camino en Mestas de Con. Uno de los pueblos con más merecida fama gastronómica de Asturias para comerte unas fabes con almejas, cabrito asado o un cachopo de quitar el hipo.

Lagos de Covadonga, un paseo por la pequeña Suiza

Quien no ha visto nunca las maravillosas vistas aéreas de los Lagos de Covadonga en las retransmisiones de la Vuelta Ciclista a España. Es uno de esos lugares idealizados que todos tenemos en mente que alguna vez hemos de visitar. Y cuando cumplimos nuestros deseos, comprobamos que no decepciona. Esos dos lagos de aguas cristalinas donde se reflejan las montañas, el verdor desbordante incluso en los veranos más áridos, las vacas y las cabras montesas perfectamente integradas con los visitantes… Un paraíso alpino más propio de latitudes suizas.

Existen dos rutas fundamentales. La más recurrida es la senda circular que en poco más de una hora nos permite conocer los principales rincones de los Lagos de Covadonga. Empezamos por el Centro de Visitantes y el mirador del Príncipe, donde obtenemos unas de las mejores vistas. Transitamos por las antiguas minas de Buferrera, con su pintoresco túnel que hará las delicias de los niños. Bordeamos el Lago Ercina para dirigirnos al Lago Enol, deteniéndonos en el mirador Entrelagos donde podremos pasarnos horas embelesados con la panorámica a 360 grados.

Si tenemos tiempo y ganas de caminar, podremos doblar el número de kms andados (hasta 6) realizando el itinerario completo. Tendremos la ocasión de descubrir la Vega el Bricial, donde en época de lluvias se forma un tercer lago y una cascada. También podremos atravesar el hayedo Palomberu y obtener otras perspectivas desde la Vega de Enol. Igualmente se trata de una ruta accesible para toda la familia y nos permite conocer pequeños rincones de los Lagos de Covadonga que, con las prisas, demasiada gente prescinde.

Os podéis imaginar que, en temporada alta, las multitudes rozan el infinito. Por ello y dada la limitación de aparcamiento, desde las 8:30 horas y hasta las 21:00 horas se cierra la carretera durante el verano y un buen número de fechas especiales y fines de semana a lo largo del año. Consejo: madruga y sube en tu vehículo antes de que cierren la carretera de subida, así te evitarás largas esperas para tomar el autobús que te traslada a los Lagos y tendrás mayor flexibilidad para marcharte cuando quieras. Eso sí, ten en cuenta que es una carretera de montaña estrecha y muy complicada. Si tienes un poco de miedo, no lo dudes y toma el autobús.

Covadonga, el misterio de la cueva sagrada

A la que descendemos el puerto no podemos bajo ningún concepto saltarnos el entorno de la Basílica de Covadonga. En primer lugar nos dirigimos a la encantadora Santa Cueva de Covadonga, una gruta excavada en pleno macizo del Monte Auseva donde se encuentra la pequeña ermita, la virgen homónima y la tumba de don Pelayo, primer rey de Asturias y responsable de detener la expansión musulmana por el norte de la península.

Cuenta la leyenda que Pelayo se refugió en la cueva para repeler las embestidas musulmanas y que sólo la ayuda divina de la virgen María les permitió salir airosos. Sea como fuere, nos encontramos en un lugar que desborda misticismo. Esa ermita que cuelga de la roca, la cascada que muere en la poza de aguas verdes, la niebla que a menudo y sobre todo a primera hora de la mañana se integra con el paisaje… Un paraje divino, aunque no seas católico practicante.

Desde la misma cueva obtenemos una vista fabulosa de la Basílica de Santa María la Real de Covadonga, situada en alto pero solo a unos pocos pasos. Se inauguró el 7 de septiembre de 1901, otorgándole el Papa León XIII esa dignidad de Basílica. Es un monumento de estilo neorrománico construido íntegramente con caliza rosa de las inmediaciones. En nuestra vuelta hacia el coche por el parque del Príncipe, no olvides desviarte por una pequeña senda de tierra para ver un precioso salto de agua entre exuberante naturaleza. Desde el camino se oye, pero no se ve. Descubre este pequeño gran secreto de Covadonga.

Cangas de Onís y su puente romano

Acabamos la jornada en la animada Cangas de Onís, la capital del concejo con una amplia oferta de alojamientos y restaurantes. Merece un paseo tranquilo entre sus calles para descubrir rincones como la desembocadura del río Gueña en el Sella y la adyacente capilla de Santa Cruz, el primer templo cristino edificado en España tras la ocupación musulmana. Reconstruida totalmente en varias ocasiones, la última tras la Guerra Civil, conserva en su interior un dolmen en buen estado que data del año 3.000 a.C.

Tras recorrer un casco histórico salpicado de iglesias románicas, palacios y casas de indianos, podemos tomarnos un tentempié en las peatonales calles San Pelayo y Mercado. No en vano, Cangas de Onís es considerada como la capital del queso asturiano, con el quesu Gamoneu como estandarte. Pero dejando tiempo para ver, antes del anochecer, el célebre puente romano con la cruz que simboliza la victoria en la Batalla de Covadonga. En sus alrededores es fácil encontrar a pescadores a la búsqueda del salmón y a valientes arrojándose a las gélidas aguas del Sella en verano… y lo que no es verano.

Día 3: Descenso del Sella y Ribadesella

Nuestra ruta por Asturias no puede ser completa si ignoramos una de sus grandes tradiciones: el descenso de los ríos en canoa. El Sella nos otorga la oportunidad de pasar una agradable jornada practicando deporte y observando a pie de agua el paraíso natural en el cual nos encontramos. Tras un día de sudores pero también de chapuzones en esas aguas que revivirían a un muerto, abandonaremos el interior y saludaremos la costa marchando hacia Ribadesella, uno de los epicentros turísticos del Principado.

Descenso del Sella desde Arriondas

A escasos minutos de Cangas de Onís se encuentra Arriondas, la capital por antonomasia del descenso del Sella. Numerosas empresas ofrecen servicios de alquiler de canoas, chalecos salvavidas, neopreno en las temporadas más frías y bidones estancos para llevar las pertenencias y el picnic a engullir en alguna parada. Los precios oscilan entre los 15 y 20 € por persona, pudiéndose reservar el mismo día al llegar a la localidad en los muchos centros abiertos o bien a través de las webs de cada empresa. Ten en cuenta que las horas de navegación en canoa son de 11:00 a 18:00, tal y como regula la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Así que procura no dormirte en los laureles porque no podrás embarcar más allá de las 14 horas.

No puedes dejar de apuntarte a esta divertida actividad, apta para todos los públicos, con la única condición de ser mayor de 5 años y saber nadar. Unas breves lecciones del monitor serán suficientes para que cualquier neófito en la materia sea capaz de capitanear la canoa y llevarla a buen puerto incluso entre los diversos rápidos existentes. Podrás hacer las paradas que quieras y, por qué no, tomarte una sidrina en los estratégicos chiringuitos repartidos a lo largo del recorrido. Los novatos a menudo ponen punto y final a la mitad, en el puente de Toraño (7,5 kms). Si te vienes arriba, puedes lanzarte hacia la meta de Fríes (14 kms) o Llovíos (17 kms).

Ribadesella, la perfecta simbiosis de naturaleza, mar e historia

Con los brazos masacrados, rojos como cangrejos si no hemos tenido la precaución de echarnos protector solar pero felices tras haber vivido una experiencia única, marchamos hacia Ribadesella. Podemos hacerlo a través de la sinuosa y complicada carretera AS-260 que, a cambio, nos proporciona un mirador como pocos. El mirador del Fitu es una plataforma a mitad de camino entre mar y montaña con unas vistas a 360 grados fantásticas.

A través de la Oficina de Turismo podemos registrarnos en alguna de las visitas guiadas gratuitas por el centro urbano de Ribadesella. Con suerte podremos escuchar historias de cuándo el municipio era una potencia en la pesca de ballenas francas -hoy prácticamente extintas- o puerto clave de salida de emigración hacia Cuba. O de cómo una marquesa adquirió a precio de saldo, a principios del siglo XX, los terrenos cercanos a la playa, para la construcción de viviendas de alto standing.

En el casco histórico que se desarrolló a la derecha de la desembocadura del Sella encontramos espectaculares construcciones de Indianos y casonas blasonadas, mezcladas con las sencillas casas del antiguo barrio de pescadores. Entre el colorido de las casas y los matices de madera podemos destacar la Plaza de la Iglesia, donde se encuentra la iglesia de Santa María Magdalena, de principios del siglo XX. Las estrechas calles de El Portiello nos dirigen a la Escalera de Colores, un proyecto de 2015 en el cual se colorearon los 56 peldaños de un empinado callejón con frases más o menos inspiracionales de representantes políticos, deportivos y culturales del municipio.

Hasta el mismísimo Mingote dejó su impronta en Ribadesella con 6 paneles de cerámica de grandes dimensiones que a lo largo del Paseo de la Grúa, a pie de ría, repasa otros tantos momentos históricos de la población desde la prehistoria. Desde el propio paseo marítimo podemos ascender a la ermita de la Virgen de Guía, una capilla renacentista de finales del siglo XVI que proporciona vistas magníficas del mar Cantábrico y de todo el núcleo urbano riosellano, en especial de los pintorescos palacios de Indianos y la playa de Santa Marina, en la otra vertiente del Sella.

El encanto de Ribadesella no queda solo en lo visual, también en lo histórico. De hecho, es una referencia europea de arte paleolítico. El estuario del Sella y el amplio complejo de cavernas sirvieron de hábitat para muchos hombres y mujeres de la prehistoria que han dejado como testimonio pinturas rupestres desde el 33.000 hasta el 10.000 a.C que tenemos el placer de visitar en la Cueva de Tito Bustillo. Haz los deberes en casa y compra con antelación la entrada a través de este enlace. Los tickets no pueden adquirirse presencialmente.

Día 4: Los pueblos más bonitos y las mejores playas de Asturias

Reservamos las últimas bocanadas de nuestra ruta de 4 días por la vertiente oriental de Asturias a un recorrido por los pueblos más encantadores y las playas más espectaculares. ¿Se puede recorrer todo en un solo día? Francamente complicado si no quieres limitarte a tomar la foto de rigor, pero sí puedes hacer una selección entre los lugares que te ofrecemos. O, si puedes, amplía tu escapada un día más. Con 48 horas podrás permitirte visitar todos estos lugares e incluso darte un par de chapuzones en el fresco verano astur.

Te dividimos los emplazamientos más relevantes de oeste a este, clasificados por pueblos y playas. ¡Atento!

Desde Tazones a Llanes: los pueblos costeros más bonitos de Asturias

Tazones, brillo de color al mar

Tazones, lugar en el que el rey Carlos I desembarcó procedente de Flandes, es de esas pequeñas villas marineras que dejan huella. Explota el color de sus bajas casas pero se mantiene en armonía casi simétrica en su caída suave hacia el mar. En pocos minutos de paseo por las empedradas callejuelas nos enamoraremos de esta aldea con olor a marisco y pescado, que podremos degustar en alguno de sus restaurantes. En esa cuadratura casi perfecta de viviendas a cual más reluciente, sobresale la Casa de Las Conchas, con su fachada totalmente cubierta de conchas de diferentes formas, tamaños y colores.

Lastres, el pueblo que se precipita de la montaña

Al contrario que en Tazones, en Lastres reina el caos. Bendito caos. Un cúmulo de casas blancas con sus tejados rojizos que se agolpan en la ladera de la montaña y se precipitan sobre el mar con una verticalidad que parece, desde su pequeña playa urbana, que nos van a sepultar. Hay que perderse por esas callejuelas sin orden ni concierto, ver la torre del Reloj, las casas señoriales y el hogar del célebre Doctor Mateo. Pero, sobre todo, hay que caminar al mirador de San Roque, previo paso por la iglesia de Santa María de Sábada (s. XVIII). Las vistas de pájaro del pueblo con el mar de fondo son fabulosas.

A unos dos kilómetros del centro urbano de Lastres llegamos a la playa de La Griega, donde se junta el agua del mar y la procedente del río Liberdón. La belleza del arenal se complementa con las icnitas que podemos ver transitando por un pequeño paseo a espaldas de la playa. Las huellas de dinosaurio que podemos identificar son de las más grandes de Europa. Si queremos ampliar nuestros conocimientos del mundo prehistórico, podemos visitar el cercano Museo del Jurásico de Asturias, asentado en el mismo lugar donde se encontraron vestigios de dinosaurios hace unos 150 millones de años.

La bella y animada Llanes

La bulliciosa Llanes es perfecta para visitar cuando el sol está en su declive. Presenciar el atardecer desde el faro. Un paseo por los coloridos Cubos de la Memoria de Agustín Ibarrola instalados en el puerto marítimo, con los acantilados al otro lado. Recorrer el conjunto histórico, calle por calle, plaza por plaza. Los restos de la antigua muralla y su torre. El precioso Palacio de Gastañaga, formado por dos edificios y unidos por un pintoresco pasaje en alto. La plaza de la Basílica de Santa María de la Asunción, uno de los pocos ejemplos de arte gótico en Asturias. El reflejo de las casas de colores sobre las aguas del puerto deportivo, con los Picos de Europa al fondo. Y cuando estemos fatigados, tomarnos unas tapas entre sus decenas de restaurantes. Delicious.

El concejo de Llanes tiene el privilegio de albergar algunas de las playas más espectaculares ya no de Asturias, sino de toda la península. A continuación repasamos una selección de ellas, respetando la ubicación geográfica de oeste a este.

Las playas más bonitas de Asturias oriental (Llanes).

Bufones de Pría y la playa de Guadamía

A apenas 9 kms de Ribadesella pero ya dentro de los límites del concejo de Llanes se encuentran los espectaculares Bufones de Pría, un conjunto de acantilados golpeados sin piedad por el oleaje. La erosión de millones de años ha provocado la creación de orificios en el interior de la roca que se comunican con la superficie, emanando agua como si de un géiser se tratara y emanando un característico silbido. Para ver estos fenómenos de la naturaleza en su apogeo tendremos que elegir un momento de marea alta y fuerte oleaje. Pero, en cualquier caso, siempre merece la pena darse una vuelta por esa silueta de precipicios. Es un lugar hipnótico para ver un atardecer en los días despejados.

Por si no tienes suerte de visitarlos en el mejor momento, aquí te dejo este vídeo donde puede hacerte a la idea de este fenómeno casi lunar.Al comienzo de los bufones podemos darnos un baño en la pintoresca playa de Guadamía, donde podemos comprobar el clásico efecto de las mareas de las playas del norte de España pero multiplicado por diez. El río Guadamía, de apenas 5 kms de longitud y normalmente con un caudal escaso, desemboca en el mar entre acantilados. Con marea baja encontramos un extenso arenal entre las paredes de roca, ideal para un día de playa. Pero con marea alta, todo ese brazo de río se llena por la acción del oleaje hasta crear una profunda piscina natural de aguas verdosas de inusitada belleza.

Cuevas del Mar, lo que la marea baja descubre

Al otro lado de los Bufones de Pría y a pocos kms hallamos una de las playas más bonitas de nuestro recorrido, Cuevas del Mar. Su belleza reside en las numerosas cavidades que se forman por el oleaje en las paredes rocosas de los acantilados que la rodean. Con marea baja, se forma un gran arenal y salen al descubierto las curiosas formas de las rocas que nos hace recordar a la célebre Playa de las Catedrales de Ribadeo. Con pleamar, el agua separa la playa más claramente en dos, creando una pequeña cala accesible a través de un camino.

Como has podido comprobar, es importante tener en cuenta el estado de las mareas para elegir, en la medida de lo posible, cuándo ir a cada playa. En páginas como ésta puedes prepararlo con antelación.

Playa de Gulpiyuri, la pintoresca playa de interior

Curioso que quien más y quien menos sepa pronunciar de memoria tan complicado nombre, Gulpiyuri. Es así por la merecida fama que precede a esta diminuta playa de interior, de apenas 40 metros de ancho. En pleamar encontramos una piscina de agua salada que se filtra a través de una galería de 100 metros a través de los acantilados. En bajamar, se produce el fenómeno de desagüe hasta el punto de que prácticamente queda como un arenal. El acceso a través de unos prados y la ubicación en la cara interior del acantilado otorga gran belleza a una playa poco común. Eso sí, las reducidas dimensiones de la playa, las multitudes y las algas que a menudo llegan no invitan demasiado al baño.

Torimbia y Poo, las playas ideales para el mejor baño de verano

Conforme nos acercamos al núcleo urbano de Llanes, encontramos playas más adecuadas para el baño pero sin dejar de lado la espectacularidad de sus paisajes. Torimbia es una preciosa playa dorada en forma de media luna resguardada por cabos rocosos y colinas verdes, catalogada como nudista. Para llegar a ella hay que recorrer a pie un km desde el último aparcamiento en Niembro, lo cual disuadió durante años a muchos bañistas veraniegos. Sin embargo, en los últimos años se ha puesto de moda y las multitudes son habituales.

La playa de Poo de Llanes se encuentra en la desembocadura del arroyo Vallina, por lo cual está resguardada y tiene un oleaje inapreciable. Su cercanía a la capital del concejo y la tranquilidad de sus aguas, ideal para familias con niños pequeños, la convierte en un destino muy recurrido durante los meses estivales. En todo caso a nuestro paso por Llanes no está de más darnos una vuelta por ella porque su entorno verdoso es francamente bonito.

Así concluimos nuestra ruta de 4 días en coche por Asturias. Si podéis sumar algún día más, mejor que mejor para no perderos ninguno de los detalles indicados en este artículo. ¿Qué parte de Asturias prefieres? ¿Eres más de los paisajes de los Picos de Europa o de las paradisíacas playas de Llanes? Si te ha gustado este post, por favor difúndelo a través de tus redes sociales. Si pones un comentario y nos planteas alguna duda, estaremos encantados de solventártela.

Y cómo no, aquí te dejamos una selección de los mejores alojamientos rurales en la zona en los que descansar y montar tu base de expediciones

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *