Arribes del Duero de Salamanca y Zamora: rutas, miradores y pueblos

Los conocidos como fiordos españoles componen un paisaje sobrenatural. Una ruta por los mejores miradores de los Arribes del Duero de Salamanca y Zamora nos proporcionan una panorámica completa del cañón del río, que también podremos observar desde el agua a bordo de alguno de los cruceros turísticos. ¿Te animas a empaparte de naturaleza en los espectaculares Arribes del Duero?

El Parque Natural de los Arribes del Duero es un espacio natural protegido de 100.000 hectáreas ubicado en las provincias de Zamora y Salamanca junto a la frontera portuguesa. El curso del río separa los países y crea al otro lado el Parque Natural do Douro Internacional, con una superficie de 85.000 hectáreas. Casi 200 kms de cañones fluviales dibujan un paisaje espectacular, con un alto valor ecológico al servir de refugio de aves en peligro de extinción.

El término arribes procede del idioma leonés y significa laderas del río, costa alta y escarpada o margen elevada del río. Dos provincias y dos países comparten atesoran una orografía dramática, conformada por cañones de hasta 400 metros de altura que pueden ser observados desde las decenas de miradores habilitados en los rincones más recónditos. Los pequeños pueblos anclados en tiempos inmemoriales y la intensa gastronomía leonesa harán el resto.

Los 120 kms que conforman a lo largo el Parque Natural de las Arribes del Duero y la diseminación de muchos de los principales lugares de interés, convierten al coche en nuestro mejor amigo a la hora de maximizar el tiempo disponible. Hablamos de dos provincias y otros tantos países. Y estos impresionantes cañones exigen múltiples perspectivas que sólo un vehículo nos permite disfrutar.

Aquellos amantes del senderismo y de la bicicleta tendrán su oportunidad para recorrer el parque a través de las numerosas sendas habilitadas y debidamente señalizadas. Lo ideal es que reserves al menos media jornada para completar una de las etapas de la senda GR-14; es la mejor forma de descubrir la fauna y la flora típicas, encontrarás rincones sorprendentes y podrás bajar el hornazo que hayas engullido en los días previos.

En esta entrada vamos a describir dos rutas para realizar en coche: las Arribes del norte (ubicadas en la provincia de Zamora y donde prestaremos especial atención a Miranda de Douro, ya en Portugal) y las Arribes del centro y del sur (localizadas en la provincia de Salamanca). ¿Es posible visitar efectuar el itinerario completo en un fin de semana? Sí, pero a un ritmo tan frenético que posiblemente te impida paladear semejante escenario como se merece.

Salvo que decidas alargar tu estancia en la zona, valora la posibilidad de hacer una de las rutas con la suficiente tranquilidad como para percibir los detalles más importantes. La zona de Salamanca es la más famosa y concentra la mayoría de los miradores y pueblos de interés, luego nos llevará más tiempo completarla. La de Zamora es igualmente espectacular pero tiene menos paradas, si bien podemos tomar al otro lado de la frontera el archiconocido crucero de las Arribes desde Miranda do Douro. Tú decides, en función de aquellos tesoros que estés dispuesto a perderte.

Ruta por los Arribes del Duero de Zamora

Fermoselle, el pueblo de las mil bodegas

Iniciamos fuerte nuestra ruta. Ni más ni menos que por el, para muchos, pueblo con más encanto del lugar. Fermoselle se encuentra en el suroeste zamorano, sólo separado de la provincia de Salamanca por el cauce del río Tormes. Destaca por sus estrechas y empinadas calles, con casas de estilo popular con balcones de rejería y arcos de medio punto que se levantan sobre la roca. Transitando por ellas llegaremos a la Casa del Parque, situada en el antiguo Convento de San Francisco, donde podremos recibir toda la información sobre el parque natural, excursiones, flora y fauna.

Paseando por Fermoselle atravesamos un arco medieval de entrada a la antigua villa y flanqueamos algunas casas en ruinas, descubrimos una majestuosa plaza Mayor y obtenemos sus mejores vistas desde el mirador de El Torojón y desde lo alto de las ruinas del castillo. Pero, ante todo, no podemos renunciar a una visita guiada a una de las típicas bodegas subterráneas del llamado pueblo de las mil bodegas, acuñado por la fama que tuvo en el pasado como núcleo productor de vino.

A unos 3 kms del pueblo es recomendable visitar la ermita de Santa Cruz, que destaca por su ventana visigoda y sus estelas romanas. Deberemos dejar el coche en la explanada para tomar un senda forestal que nos llevará, en unos pocos minutos, al mirador de Las Escaleras con sus dos pedruscos de granito. Nuestras primeras vistas de los cañones del Duero en conjunción con el verdor exuberante de la zona nos maravillarán.

En el mismo Fermoselle, junto a la iglesia del siglo XII Nuestra Señora de la Asunción y a la Plaza Mayor  La Casa del Regidor nos ofrece, 5 agradables habitaciones con desayuno con vistas a las Arribes y La Casa del Vino una casa rural construida sobre las centenarias bodegas Fontanicas 

Dos alojamientos con inmejorable situación en los que montar tu cuartel general para visitar Los Arribes

Balcones del Duero: hacia el mirador de las Barrancas

Abandonamos Fermoselle rumbo hacia el norte para saborear nuevas raciones de esa encantadora combinación de ermitas pintorescas y balcones espectaculares de los cada vez más altos acantilados. En escasos minutos llegamos a Pinilla de Fermoselle, donde podemos ver las típicas casas de la comarca de Sayago, levantadas unas a base de mampostería de granito, jambas y dinteles y otras a base de adobe. En lo más alto del pueblo encontramos la ermita de San Miguel, de románico tardío, mientras que podemos contemplar renovadas vistas de los Arribes desde el mirador del Cura.

En caso de carecer de mucho tiempo, os recomendamos marchar directamente hacia la ermita del Castillo de Fariza. En sus inmediaciones encontramos un pequeño sendero con paneles interpretativos sobre los arribes y la vida de sus pobladores. Desde aquí parte un corto camino de medio km al mirador de Las Barrancas, uno de los más bonitos del parque natural, gracias a la perspectiva tan vertical de los acantilados y a la observación de aves que nidifican en la zona: cigüeña negra, buitre leonado, águila real, halcón peregrino, etc. Enfrente distinguimos la aldea portuguesa de Freixiosa, colgada sobre el acantilado.

Miranda de Douro, el bello toque medieval

Una de las joyas de nuestra ruta por los Arribes del Duero de Zamora la encontramos al penetrar el PortugalMiranda de Douro es una bonita villa medieval que en su globalidad es un vasto mirador hacia el río y la presa de Miranda, merced a su ubicación en lo alto de una colina. Se compone de un entramado de calles bien conservadas que se abren en el entorno de la catedral (siglo XVI) y al abrigo de unas murallas cuyas primeras piedras son anteriores a la invasión romana.

Miranda de Douro es un pueblo vivo, con mucho ambiente. Nos toparemos con mil y un comercios que ofrecen productos típicos o manufacturas realizadas a la antigua usanza (textiles, cuchillería, venta a granel, aceite de oliva o frutos secos). Pero, sobre todo, no debemos renunciar a subirnos al barco ecológico de la empresa Europarques que, además de surcar el Duero allá donde las paredes llegan hasta los 400 metros de altura, nos traslada a la Estación Biológica Internacional de Miranda do Douro.

Villardiegua de la Ribera, la historia en forma de mula

Volvemos al territorio español en nuestra marcha hacia los arribes más septentrionales, haciendo parada ante un pequeño libro de historia. Lápidas y estelas romanas, ídolos prerromanos y grabados rupestres son algunos vestigios que quedan en Villardiegua de la Ribera, pueblo marcado hasta en su denominación por La Mula o La Yegua. Se trata de un verraco tallado situado en una única pieza con dimensiones de 2,10 metros de largo por 0,74 de ancho, de origen vetón. Ahora situado en la plaza de la Iglesia, procede del cercano castro de San Mamed, ubicado en Peña Redonda, en los despeñaderos de los Arribes, donde se han hallado restos prerromanos, romanos y visigodos.

En busca del oro y arte visigótico

Siguiendo nuestro itinerario llegamos al puente de Requejo, el primer puente que unió ambas orillas del Duero en toda la comarca (1914), evitando que la barca fuera la única vía de conexión entre los países. En torno a esta obra de ingeniería metálica a 90 metros de altura podemos acceder a un mirador con paneles informativos y unas vistas magníficas del cañón más empinado y agreste de toda la ruta.

Poco después encontramos la localidad de Pinos de Oro, cuyo sugerente nombre invita a adivinar su principal atractivo. No, no esperes encontrar el preciado metal. Pero sí un pequeño sendero donde encontramos interesantes vestigios relacionados con la búsqueda de oro por parte de los romanos. Si te interesa este apasionante mundo, tienes que visitar Las Médulas, en la próxima provincia de León.

Ponemos fin a la ruta zamorana saliendo de los propios límites del parque natural, para contemplar una joya del arte visigótico. En el municipio de El Campillo se sitúa la iglesia de San Pedro de la Nave, descubierta en 1906 y trasladada piedra a piedra en 1930 desde su emplazamiento original antes de ser cubierta por el agua del pantano del Esla. A sólo 12 kms se encuentra la capital, Zamora, en la que podemos concluir un fin de semana fantástico.

Ruta por los Arribes del Duero de Salamanca

La presa de Almendra, la más alta de España

Arrancamos nuestro itinerario de norte a sur por los Arribes del Duero salmantinos en la inmensa presa de Almendrala más alta de España con 202 metros y conocida como el Mar de Castilla por las 8.650 hectáreas que ocupa. La inmensa obra de ingeniería incluye un túnel excavado en roca, con 7 metros de ancho y 15 kilómetros de longitud, que es por donde transcurren las aguas del río Tormes hasta la central subterránea de Villarino de los Aires.

Pasando la Almendra se llega al municipio de Trabanca, y desde allí, sale una pista que lleva hasta el mirador del Somaero y la Faya del Peine. Merece la pena hacer un pequeño desvío para acceder a la panorámica sobre el valle del río Tormes y las aguas liberadas de la presa.

Pozo de los Humos, la cascada de 50 metros

En época de lluvias podemos contemplar dos saltos de agua que guardaremos en nuestros recuerdos y cámaras. Lamentablemente, en verano nos llevaremos el chasco de ver el curso seco. A unos 3 kms del centro urbano de Pereña de la Ribera podemos acceder por una estrecha senda a la cascada de Pozo Airón, de no demasiado caudal pero que sobresale porque dispone de una cueva interior por la cual se puede contemplar la caída del agua.

Pero uno de los grandes hitos de este parque natural es el Pozo de los Humos, una hermosa cascada en el transcurso del río Uces que supera los 50 metros de altura y que otorga color al agreste y rocoso entorno. Se puede ver desde el lateral perteneciente al término municipal de Pereña de la Ribera o desde el lado contrario, en Masueco. En este último caso, contamos con la ventaja de que hay un mirador habilitado para ver la cascada desde arriba, si bien no tenemos perspectiva para ver la caída completa.

Baño y crucero en la playa del Rostro

Llegados a Masueco y después de estas primeras visitas por el interior del parque natural, por fin tiramos hacia el cañón. A 8 kms del pueblo y por una carretera que se las trae llegamos a la playa del Rostro, un arenal artificial asentado en un meandro del Duero donde darnos un reparador chapuzón durante el verano en un entorno idílico.

Podremos también realizar actividades como piragüismo o tomar el crucero por el río hasta la presa de Aldeadávila, de una hora y media de duración, observando cortados de hasta 400 metros de altura sobrevolados por cigüeñas negras y águilas reales. La diferencia con el también profundo cañón del norte de los Arribes es, quizás, el mayor verdor que se va dejando ver a medida que avanzamos hacia el sur.

Aldeadávila de la Ribera, capital de los Arribes

El centro neurálgico de los arribes salmantinos es el pequeño pueblo de Aldeadávila de la Ribera. Durante nuestra visita habrá que dividir el tiempo entre los atractivos que posee el propio pueblo y los encantadores parajes que hay a su alrededor. En el casco urbano descubriremos entre otras perlitas la Torre de Aldeadávila (siglo XIII), un torreón de defensa que en el siglo XVI se unió con la Iglesia de SanSalvador, pasando a ser su campanario. El agradable paseo debe tener como colofón una carne a la brasa y un buen vino. Denominación de Origen Arribes, por supuesto.

Pero por si algo destaca Aldeadávila es por su entorno natural, las posibilidades para hacer senderismo y los excelsos miradores que nos regalan las mejores vistas de los Arribes.

Mirador del Fraile y Picón de Felipe, ¿los mejores miradores de los Arribes?

Los más de 20 miradores habilitados que hay en el curso de los Arribes del Duero convierten en arriesgada la valoración de cuál es el mejor de ellos, ya que todos tienen su encanto. Ahora bien, gran parte de los visitantes coinciden en que los miradores existentes en el término municipal de Aldeadávila se incluyen entre los imprescindibles.

Si un mirador se merece la corona de rey, ese es el mirador Picón de Felipe, con esas paredes rocosas del Duero que amenazan con llegar al cielo y la presa de Aldeadávila conteniendo el gran caudal del río. Para llegar a este punto debemos aparcar el coche en el merendero de Llano de la Bodega y seguir un camino de 1,5 kms, hasta ascender por unas escaleras excavadas en la roca que nos guían hasta la divina panorámica.

No le va muy a la zaga el mirador del Fraile, situado a pie de carretera y con impresionantes vistas de la presa de Aldeadávila no aptas para personas con vértigo. Tanto que parece que, si no fuera por la barrera de hierros, nos precipitaríamos al vacío. Es el lugar idóneo para disfrutar del vuelo de los buitres que anidan entre los recovecos de las paredes.Próximo a la presa de Aldeadávila se construyó el Poblado del Salto de Aldeadávila, donde residían los trabajadores de la central, que forma parte del sistema hidroeléctrico Saltos del Duero y y que cuenta con desniveles de base que en algunas secciones supera los 400 metros de altura. I. Podemos llegar por carretera o bien caminando siguiendo el sendero de gran recorrido GR-14 con una distancia de 7,3 kms desde el pueblo. En las inmediaciones se encuentra el monasterio de Santa Marina La Verde y el mirador de El Salto con unas impresionantes vistas.

La ruta de Unamuno

Si el mirador Picón de Fraile es posiblemente el más espectacular de nuestro itinerario, el mirador de La Code es sin duda el más emblemático, por ser objeto de las evocaciones de Miguel de Unamuno en sus ensayos: “Antes de entrar en Mieza nos asomamos a la Code, que presenta el más imponente mirador de la Ribera. Es un saliente sobre el río, cortado no ya verticalmente, sino casi en línea entrante, un gran promontorio en que se hacinan los berruecos. Se ve a un lado y a otro el Duero como larga anguila que se acurruca entre las peñas moteadas de verdura y parece un río humilde y manso”.

Desde el pueblo de Mieza podemos seguir una ruta a pie de no más de una hora que nos lleva a los miradores de La Code y Colagón del Tío Paco. Desde ellos podemos apreciar que las laderas resguardadas del arribe en este punto presentan una mayor vegetación gracias al microclima atemperado y húmedo. En las luminosas laderas de la solana portuguesa estas condiciones son aprovechadas para el cultivo intensivo del olivo en terrazas y bancales.

Itinerario por los arribes del sur: Vilvestre y Saucelle

Conforme nos vamos dirigiendo más hacia el sur, el cauce del río Duero se relaja, contemplando que las laderas ya no son tan verticales, sino que ya tienen cierta inclinación y que además existe vegetación. Hacemos una incursión en Vilvestre, desde cuya parte alta y junto a los restos de la fortaleza medieval obtendremos unas (otras) sensacionales vistas. Durante el descenso al embarcadero de La Barca, pasamos junto al Molino de Abajo, parcialmente restaurado y que se empleaba para obtener aceite de oliva.

El muelle de La Barca está en un recoveco que hace el río que permite a los barcos una mayor maniobrabilidad por ser una zona más ancha, además de soportar menores corrientes que si estuviese en otras ubicaciones. Podemos tomar un barco que sale desde Freixo de Espada a Cinta en Portugal y realiza una parada en Vilvestre para recoger a los viajeros para continuar el paseo curso arriba hasta el mirador La Code.

A 15 kms de Vilvestre encontramos nuestro última parada en la frontera española, Saucelle, un pueblo encaramado en las colinas que se asoma a los ríos Duero, Comaces y Huebra. Es un destino ideal para hacer rutas de senderismo por sus caminos históricos y, cómo no, elevarnos a miradores de excepción. Desde el pueblo y siguiendo un camino de km y medio podemos llegar al mirador de Las Janas, en un profundo y estrecho valle.

Tomando de nuevo el coche nos abrazamos de nuevo al Duero en el mirador de El Salto de Saucelle, desde donde contemplar la presa de Saucelle sobre la cual pasa la carretera que nos comunica con Portugal. Finalizaremos nuestra ruta en el país vecino, en la bonita localidad de Freixo de Espada a Cinta, donde es ineludible la panorámica desde el mirador del Penedo de la presa de Saucelle. En verano podemos visitar la playa de La Congida y ponernos a remojo.

Hasta aquí este artículo sobre las mejores rutas para recorrer los Arribes del Duero de Zamora y Salamanca. Esperamos que os haya gustado y lo anotéis en vuestra agenda para hacer una escapadita más pronto que tarde. Os agradeceríamos muuuuuucho que lo difundáis por redes sociales y que publiquéis un comentario. ¿Conoces los Arribes? ¿Con qué mirador te quedas? ¿Algún barco que quieras recomendar por algo en particular?

Nos vemos en la próxima. Y ya sabes, ¡vente de rural!

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