Lalibela

¿Y qué es Lalibela? ¿Y dónde está? ¿O dónde se habla? ¿Cómo se come? WTF?

Bueno, antes de todo, Lalibela es un lugar. Y en cuanto a su localización diré que está en el único continente que no hemos tocado aún en el blog: África. Más concretamente, encontraremos Lalibela en Etiopía, en el famoso cuerno africano. Ojito con este país porque se las trae: Occidentalmente hablando es un total desconocido, y eso que estamos tratando con un país de gran tamaño (casi dos veces Francia; no te fíes de las proyecciones de Google Maps y comprueba el tamaño real aquí), pero tiene una cultura muy marcada a la par que interesante.

¿DÓNDE QUEDA LALIBELA?

 

ENTERRANDO EL CIELO

Uno no está viajando y pasa por Lalibela por casualidad, no. La razón por la que turistas y decenas de miles de peregrinos (eso ya es una pista) vienen a este pueblecico de apenas 15.000 habitantes, situado a más de 2.500 metros de altura y a dos horas y media volando desde la capital Addis Abbeba es… visitar iglesias. Más específicamente de la Iglesia Ortodoxa Etíope (¡sí, son cristianos!). ¿Y ya está? Hombre, también se puede hacer trekking por las montañas de Abune Yoseph, pero siendo realistas, el 95% de la gente (cifra totalmente inventada) viene a visitar las iglesias. ¿Algo tendrán, no?

Efectivamente, no son iglesias de tres al cuarto. Por algo son Patrimonio bla bla bla de la Unesco desde 1978. Estas iglesias han hecho de Lalibela el segundo lugar de peregrinación más grande del país (por detrás de Aksum, por razones históricas del reino aksumita que aquí no vienen a cuento) y es que datan del s. XII y no están construidas ni de barro, ni de madera, ni de cemento. Ni tan siquiera de piedras, en plural. Son lo que se llaman construcciones monolíticas.Las 11 iglesias de Lalibela están excavadas bajo tierra y talladas en una sola piedra cada una. Una misma piedra, cincelada y perforada para producir símbolos, ventanas y pasillos que conforman todo un gigantesco templo de adoración. Desde luego quien inventó aquello de menos da una piedra dejó una frase para la posterioridad, pero nunca hubiera tenido éxito en Etiopía. Alguna de estas iglesias llegan a tener una altura (o profundidad, como gustes) de 25 metros, y por increíble que parezca todas están conectadas por pasadizos y túneles subterráneos. Digo increíble porque están a cierta distancia unas de otras, con un río por en medio separándolas. En este enlace podrás viajar virtualmente por Lalibela, y en este otro tienes una recreación en 3D del pueblo.Pero no acaba aquí el interés. Estas no son sólo iglesias especiales por cómo están construidas (las fotos son muy bonitas, pero ahí abajo hay montones de moscas, falsos guías a la espera de tonturistas y niños pidiendo dinero), sino por su significado. Aquí sí que vamos a tener que hablar de historia, así que métete conmigo en la máquina del tiempo y acompáñame al siguiente párrafo.Siglo XII ¿Año? El que tú quieras, ya que lo que cuenta es que lo que estaba de moda en este siglo eran las Cruzadas. Para los cristianos todo era jiji jaja hasta que Saladino (nada que ver con el genio de la lámpara) recuperó Jerusalén para los musulmanes, y a quien no le hizo ni puñetera gracia esto fue al rey Lalibela de Etiopía. Este pintoresco hombre, elegido rey por abejocracia (se dice, se comenta, que fue elegido rey al ver que un enjambre de abejas le rodeaban en la cuna, y que estas abejas en realidad eran ángeles; váyase usted a saber) tuvo una visión de Jerusalén, y decidió que Lalibela iba a ser a partir de entonces Nueva Jerusalén. ¡Bueno, casi nada, imagínate el notición en el pueblo! El río pasó a llamarse Yordannos (como el río Jordán), y cada orilla sería una representación de Jerusalén: a un lado la mundana, al otro la celestial, con iglesias en ambas orillas, copias de la tumba de Adán, el Santo Sepulcro, etc, etc…Luego todas estas iglesias suponen un renacer de la perdida (por entonces) Jerusalén, con todo lo que ello conlleva en términos religiosos. Desde entonces el rey Lalibela es considerado un santo en Etiopía, y además se leen sus leyendas en esas iglesias, como si de un personaje de épica se tratara. Sin embargo hay quienes dicen que aunque la construcción de estas iglesias ocurrió durante su reinado, no está claro que fuera Lalibela quien dió la orden. Un poco tarde ya, pero vaya, que le quiten lo bailao.

¡Y tampoco acaba aquí la cosa! Resumiento muchísimo, los etíopes aseguran que Dios les dejó allí mismo el Arca de la Alianza (o Arca Perdida para los fans de Indiana Jones) y las tablas de los 10 mandamientos. Ahí es nada, peregrinaje asegurado. Por si fuera poco, el Abune (padre, rango religioso de esta Iglesia) actual afirmó en 2009 que había visto el Arca con sus propios ojos.

¿Y QUÉ SE HABLA POR ALLÍ?

Espero poder hace una entrada propiamente dicha algún día sobre este tema, porque ahora sólo puedo mostrar un adelanto. En Etiopía se hablan hasta 83 lenguas, pero la más extendida es el amhárico. Esta es una lengua semítica con un alfabato chulísimo, como de unowns (el pokémon): Etiopía se escribe ኢትዮጵያ, y Lalibela ላሊበላ. Date un garbeo con Google Maps por Etiopía y verás el nombre de cada sitio en su alfabeto.

VIAJAR A LALIBELA

Ya te puedes imaginar que volar a Etiopía no es muy low-cost, sin embargo, si dispones de un calendario flexible y todas esas historias que se dicen siempre, puedes pisar suelo etíope por mucho menos de lo que piensas. Desde Madrid por ejemplo, saliendo el 11 de enero de 2016 y volviendo el 19 del mismo mes puedes llegar a la capital, Addis Abbeba por 414€ (¡a precio de hoy!). Desde allí lo mejor para llegar a Lalibela es coger otro vuelo, de Ethiopia Airlines, que te deja por allí por 135€ y en poco más de dos horas. O si la comodidad es un lujo, siempre puedes ir en autobús, en un viaje de dos días en el que atravesarás otras ciudades como Woldia y Dese.

Si hablamos de precios, Etiopía es uno de los países más pobres del mundo, pero no tienen un pelo de tontos. En general comer y dormir es barato: puedes meterte en el cuerpo un desayuno hermoso por 1,5€ y comer por 3-4 €; y en cuanto al alojamiento, como siempre, depende de lo que busques: puedes dormir por 2€, pero también por 60€ la noche. Además para reservar en estos sitios tendrás que recurrir al teléfono, ya que muchos no tienen página web. Ten en cuenta que se te cobrará más a tí que a los etíopes solo por ser extranjero. Esta es la razón por la que he dicho que son muy avispados. Saben a qué viene el turista e inflan los precios, hasta el punto de que por visitar la zona de las iglesias de Lalibela te hacen pagar 50€, cuando en 2010 el precio era de 6,5€. La moneda de allí es el birr etíope.

Terminamos con lo que se advierte de los niños. Por lo visto en Etiopía, y especialmente en Lalibela es muy frecuente ver a niños pidiendo dinero por la calle, y cuando te vean con tu cara occidental y tu Canon saldrán como fieras a ponerte caritas a ver si les cae algo. De hecho el timo más característico de allí es que los niños te pidan dinero para comprarse un diccionario de etíope a inglés, para poder aprender el idioma. Un turista poco precavido y ansioso de expandir la democracia y la libertad por el mundo puede ceder ante esto y llevarse una sorpresa cuando vea que esos diccionarios los venden a propósito en montones de puestos y a precios desorbitados (otros 50€). Obviamente niños y tenderos están compinchados. La norma general en estas situaciones es no dar dinero para no fomentar su indigencia, pero en el caso de Etiopía más. Son pobres pero no malviven, El estado les da educación gratuita y todo el mundo tiene una casa donde dormir, comida que meterse al estómago, y ropa con la que taparse. Lo único que hace un niño con algo de dinero allí es comprarse algo con lo que fardar delante de sus amigos (una camiseta del Madrid/Barcelona, unas zapatillas de marca, etc…). Por lo tanto si de verdad quieres ayudar a los niños de allí se recomienda darles comida únicamente.

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