КАМЧАТКА (KAMCHATKA)

360`Joder Kamchatka, qué bien suena. – Hey, ¿a dónde te has ido estas vacaciones este verano? – A Kamchatka. Y quedas de puta madre. Es como decir que vas a la Cochinchina (Vietnam) pero con un aire más romántico. Casi nadie sabrá de qué estás hablando, pero tendrás la seguridad de que si alguien reconoce el sitio, es un avezado jugador del Risk (mmm… ¡de Yakutia a Kamchatka!).

Y es que todos hemos oído hablar del lejano oeste. Pero ¿y el lejano este? A veces se oye lo de lejano oriente, pero entre tú y yo, eso solo nos hace pensar en la Asia de ojos rasgados, los 2/3 asiáticos más meridionales. Nos queda el tercio más al norte, que también es Asia (o Eurasia), y que también tiene ojos rasgados, pero es más europea a la par que salvaje. Hoy vamos a ver hoy el lejano (lejanísimo) este ruso.

Es lo que uno debe preguntarse cuando aterriza en la península de Kamchatka. Especialmente si llegas por el oeste/sur, ya que los paisajes que verás son sobrecogedoramente extraterrestres. Además a vista de pájaro se aprecia un terreno muy poroso (pequeños lagos; cierra la ventanilla del avión si padeces tripofobia). Geológicamente hablando, toda la región es un parque de atracciones: 300 volcanes, 29 de ellos aún activos, y uno de ellos, el Kluchevskaya, es el más grande de toda Eurasia (4750m); pero también tenemos el mar de Bering al lado, géiseres, aguas termales, fumarolas, cráteres, una de las bahías más grandes del planeta (Avacha), formaciones rocosas como Los tres hermanos, … Efectivamente, estamos en pleno Cinturón de Fuego del Pacífico (otra vez), lo cual explica mucho.

A estas alturas de la vida todos sabemos que Rusia es salvajemente grande. Si el transiberiano necesita 6-7 días para cruzar el país (ojo, y es hasta Vladivostok, que el país luego sigue hacia el este), es que el tamaño es desproporcionado. No olvidemos que Kamchatka está a 6500km de Moscú, que en tiempo de vuelo son 9 horas. Y precisamente por este tamaño, el lejano este es una de las zonas más remotas y vírgenes de La Tierra. En concreto la península de Kamchatka no empezó a explorarse seriamente hasta 1972. Para que te hagas una idea, cuando se estrenó La Naranja Mecánica (1971) toda esta zona seguía sin detalles en los mapas. Y aunque ya se haya empezado a explorar, el territorio es tan vasto que aún puedes ir allí a poner nombres a los distintos accidentes geográficos que irás encontrando y pisar zonas nunca antes pisadas por el hombre. De hecho la región no se abrió a extranjeros hasta 1990, y los mismos rusos de otras regiones tenían que solicitar un permiso especial para visitar Kamchatka.

EL VALLE DE LOS GÉISERES

Una de las miles de características que hacen impresionante esta zona del mundo es la reserva natural de Kronotsky. En ella encontramos el llamado valle de los géiseres que, oh sorpresa, es un valle lleno de géiseres. Lleno hasta el punto de que es la segunda concentración de géiseres más grande del mundo (la primera está en Yellowstone, Wyoming, EEUU, con más de 300). En Kronotsky encontramos algo más de 90 de estos cañones de agua (alguno expulsa hasta 60 toneladas de agua de una), repartidos por más de 6 km. El valle en cuestión está declarado Patrimonio de la Humanidad (aunque con el nombre de Volcanes de Kamchatka) y recibe la mísera cantidad de 3000 turistas al año.

¿La razón? Lo salvaje y caro. Supongamos que has echado horas extras durante un par de lustros para llegar a Kamchatka. Aterrizarás en Petropávlovsk-Kamchatski, pequeña ciudad sin atractivo alguno y con tan sólo dos barrios (eso sí, se llaman Lenin y Octubre), y… sin carreteras al exterior. Es la segunda ciudad más grande del mundo sin carreteras (la primera es Iquitos, Perú). Sólo se puede visitar el resto de la región en helicóptero, que como bien supones, cuesta un ojo de la cara (entre 500 y 800€ por una excursión de un día. ¡Sí, por persona!). Por muy aventurero que seas, ir por tu cuenta es suicida, aunque sólo sea por la distancia, así que no te queda otra que apoquinar si vienes hasta aquí. Por lo demás, están los osos, que no son como Yogi y Bubu (se merendaron a un turista japonés que se hizo el guay al dormir en tienda de campaña en vez de en el par de hotelillos de madera que hay; e incluso un guía experto de la zona también terminó en el estómago de uno de estos bichos), y la muy elevada probabilidad de terminar hervido como tu cena de Nochebuena al caer en una de las múltiples lagunas termales que hay por allí.

En 2007 casi nos quedamos sin valle, y es que un corrimiento de tierra con barro, grava, nieve y rocas sepultó más de dos tercios del valle cual Pompeya russki. Muchos de los géiseres se perdieron para siempre, unos inundados, otros bajo tierra, así como el río que pasaba por allí, que quedó cercenado. Realmente es una pena porque cambió todo el paisaje y enterró una de las maravillas más asombrosas de nuestro planeta, pero bueno, esta vez al menos no ha sido la mano del hombre.

En este enlace está muy bien explicado lo que ocurrió con diagramas y fotos (en inglés).

Los propietarios y huéspedes del hotel turístico del valle debían tener una flor en el culo todos y cada uno ese día, ya que el deslizamiento se quedó a un escaso metro del edificio:

Y ojo, que por lo visto hay una visita que es aún más recomendada que el valle de los géiseres. La caldera de Uzón es una gigantesca área (9 x 11km) llena de piscinas de lodo, chorros de gas, minivolcanes, manantiales hirviendo, y todo eso aderezado con rocas de todos los colores. Quien lo ha visto dice que es la vista más impresionante de Kamchatka:

En un sitio como este, Kamchatka, con clima subártico te puedes imaginar que la temporada turística es más bien corta: de julio a septiembre. Al menos los tours solo operan en esas fechas, y aún así tendrás que estar preparado para un frío del recopetín.

La mejor forma de llegar a Kamchatka es aterrizando en Petropavlovsk-Kamchatski. Aunque la distancia es brutal, he llegado a encontrar vuelos por 200€ i/v desde Moscú con S7. En temporada baja, eso sí, con un frío que agüita. Otras compañías que vuelan a Kamchatka son Aeroflot y Utair.

DIÓMEDES, ESPACIO Y TIEMPO

Otro tema interesantísimo es el de las islas Diómedes. En realidad no son más que dos cachicos de tierra que no valen pa ná situados en medio del estrecho de Bering. Una de ellas, Diómedes Mayor, pertenece a Rusia; la otra, Diómedes Menor, es de EEUU. Lo curioso es que están a distancia de salto, como quien dice (siempre que puedas saltar 3,7 km). A estas alturas del globo te puedes imaginar también que hace un frío inhumano, por lo que el estrecho se congela, y convierte a estas islas en el único lugar del mundo en el que se puede ir andando de Estados Unidos a Rusia o viceversa.

Y no sólo eso. La línea internacional de cambio de fecha pasa por en medio de las dos islas, es decir, hay 24 horas de diferencia entra una y otra a pesar de estar enfrente. Como ya contamos con Samoa y Samoa Occidental, mientras en Diómedes Mayor (Rusia) están descansando y terminando el resacoso día de Año Nuevo, a 4 km de allí, en Diómedes Menor (EEUU) están celebrando la Nochevieja. ¿Cómo lo harán para los fuegos artificiales? Bueno, esto no es más que una forma de presentar esta rareza temporal, ya que en realidad en la parte rusa no vive nadie. Pero vaya, que en un par de horas puedes ir un día atrás o adelante en el tiempo.

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