Armenia: hay vida más allá de Ereván

El caso es que llevo un tiempo con el ojo puesto en Armenia, más aún desde que vivo en Moscú y desde que viajé el año pasado a Georgia. Por cosas que no vienen al caso ahora, relacionadas con Inmigración en Moscú, me vi obligado a entrar y salir del país lo más rápido que pudiera. Sin apenas tiempo para mirar vuelos, me propuse irme a lo más barato, que en este caso fue…

Bielorrusia. Pero lo descarté porque necesitaba visado. Así que mi siguiente opción fue…

ahora sí, Armenia. Pero no Yereván, como siempre había pensado que iba a ser. No. Gyumri. Que por lo visto se pronuncia aguda, /guium · rí/, y que además es la segunda ciudad del país. Algo habrá allí que ver, digo yo.

¿DÓNDE QUEDA GYUMRI?

Lo primero que hice, en los 3 días desde la compra del vuelo hasta que llegué fue mirarme cosas del país. Que el nombre real del país no es Armenia, enterarme bien de lo del genocidio, investigar qué hacer en Gyumri y alrededores en 2 días, y en vano intentar aprender parte del vocabulario. En Memrise tienes un curso de armenio básico en español, por si te da curiosidad.

En cuanto al tiempo, viajé en febrero y esperaba que fuera a hacer frío, pero no tanto. Pese a estar mucho más al sur que Moscú, la rasca que hizo fue memorable. El país entero estaba cubierto por un manto (literal) de nieve, y además Gyumri está a 1500 m sobre el nivel del mar.

Llegué el 5 de febrero tempranico al aeropuerto Shirak, de los más pequeños que he visto. Por explicarlo de alguna manera, si has leído Tintín, imagínate cómo sería un aeropuerto en Syldavia. Si no lo has leído, no te preocupes, todavía lo venden.

Vista mi experiencia, cuanto antes salgas del avión mejor. Justo al entrar está la sala de control de pasaportes, en la que puedes pasar una hora perfectamente haciendo cola a no ser que salgas entre los 20 primeros. Así que ármate de paciencia, una revista o libro (de Tintín, por ejemplo) y tómatelo con calma. Yo salí del avión entre los 30 primeros y me llevó 50 minutos tranquilamente pasar el dichoso control.

Tras cambiar 1000 rublos (16€) me salgo para afuera a buscar el autobús que leí que te dejaba en el centro. Es un bus lila, con el número N1 y por 100 ridículos dram (20 céntimos de euro) te deja en la ciudad. Está como a unos 300 metros (que bien podrían ser la mitad, soy terrible midiendo distancias) justo enfrente de la salida del aeropuerto. Como era de esperar, el bus ya se estaba yendo cuando salí. Correr no era una opción, ya que bajo mis pies había una capa de hielo, y aunque mis destrezas como patinador mejorarían en los días siguientes, consideré que era muy pronto para romperse nada. Por cierto, si a alguien le interesara, hay una marshrutka que te lleva a Yereván desde el aeropuerto de Gyumri, aunque ignoro cuánto cuesta.

Los taxistas empezaron a acercarse cuales buitres, y en especial uno de ellos se convirtió en mi sombra. Me insistía en que me subiera a su taxi, a lo que contestaba que estaba esperando al autobús. A pesar de haberlo visto, me dijo que no existía. Le tomo por loco e intento pasar de su cara, pero él no pasa de la mía:

  • ¿Y qué haces en Gyumri? ¿Tu mujer es de aquí?
  • No, simplemente estoy de visita.
  • ¿De visita?
  • ¿A ver qué?
  • Gyumri
  • … Ah

Aprovecho que ahora es él el que me toma por loco y me alejo para preguntar a más gente por la frecuencia de los autobuses.

Nada, están todos compinchados. No existe dicen.

Tras esperar 10 minutos, me acerco al taxista anterior como quien no quiere la cosa. ¿Y cuánto sería, más o menos, la carrera a este albergue? Él no puede ocultar su cara de complacido y me dice que 200 rublos, que son 3.2€ nada más. Si es un timo en Armenia o no, no lo sé, pero si por 3€ te ahorras la espera del autobús a -11ºC, creo que vale la pena. Me lleva a su especie de baúl soviético con ruedas y veo que a la vez se monta otra persona en el asiento del copiloto.

Como era de esperar, al poco de arrancar, diviso el autobus llegando. Pero bueno. El taxista conduce, y el copiloto se encarga de darme conversación. Todo esto en ruso, ya que aquí ni cristo habla inglés.

  • ¿Y tú de dónde eres?
  • De España, pero vivo en Moscú
  • ¡Ah, España! ¡Barcelona – Madrid! Jajajajaja
  • ¡Sí, sí…! …, …, …
  • ¿Y de qué equipo eres?
  • Madrid, pero tampoco es que me guste el fútbol
  • ¡Yo también soy del Madrid! Aunque hay una cosa que no me gusta nada de ellos…
  • ¿El qué?
  • Está lleno de turcos…

Zasca. Segunda conversación que tengo en Armenia y ya me sacan las rencillas con Turquía. Dijo que no le gustaban nada los turcos, y que eso no se lo perdonaba al Madrid. Luego repitió tal cual el diálogo que tuve con el taxista, y antes de irse me dijo que los españoles y los armenios eramos muy parecidos. Interesado por semejante relación aleatoria, y con la cara de cuando te dicen que Plutón ya no es un planeta, pregunto por qué. Pensaba que me iba a hablar del hipotético vínculo entre el vasco y el armenio, pero en vez de eso me dice que en Armenia los apellidos funcionan como en España: tienen dos, uno del padre y otro de la madre. Quise decir aquello de nunca te acostarás sin saber algo nuevo, pero ni idea de cómo podría siquiera pronunciarse en ruso.

Algo curioso, ya que la verdad que en otros países ese sistema de apellidos no existe. Lástima que en Armenia tampoco, como me confirmaron luego. Luego no entiendo el por qué del dato falso, a no ser que sea una de esas cosas que la oyes de un pariente lejano cuyo primo le contó que…

En fin, que sigo montado en esa chatarra, el copiloto se baja en un momento dado, y el taxista se pone a dar vueltas. No encuentra el albergue y se pone a preguntar. Tras un buen rato me deja en una calle abandonadísima, con montones de nieve de hasta un metro, edificios en ruinas y un portal verde oxidado. Antes de irse, eso sí, me pide 300 rublos en vez de 200, ya que le llevó más tiempo de lo esperado encontrar el albergue. Le digo que ни в коем случае, que son naranjas de la China en ruso, y me adentro en mi casa armenia.Yo me alojé en Artush & Raisa, una especie de B&B armenio un tanto apartado, pero con personal muy acogedor. Raisa me invitaba constantemente a descansar con un té o café, y se ofrecía para cualquier pregunta que tuviera. La habitación era enorme para mí, con 2 camas, dos mesas y baño propio, 15€ la noche. Además te ofrece el desayuno que son 4€ extra, y consiste en varios tipos de panes armenios, queso, embutido, mantequilla, café, té, un postre de requesón y dos tipos de mermeladas. Todo casero, ya que yo mismo vi cómo Raisa hacía el pan. Y desde ya, lo mejor que comí en Gyumri.

A mí me gustó el sitio, y repetiría (si repitiera Gyumri), pero los principales inconvenienes son que está como a media hora andando del centro, y que Raisa no habla inglés. Artush no lo sé porque no lo vi.

DESCUBRIENDO GYUMRI: PRIMERAS SENSACIONES

¡Ya estoy recorriendo a pata la ciudad! Me queda media hora de camino hasta el centro, donde he quedado con Vilena, la amiga de una amiga, para que me enseñe la ciudad, y mientras tanto descubro calles y hago fotos. Por lo pronto, todo se ve viejo y roto. Las calles son super tétricas y no puedo dejar de imaginar cómo se verán por la noche. Hace un frío que pela (rondando los -15ºC), y está todo nevado y helado, por lo que la ambientación acompaña.

Caminar por Gyumri en febrero viene a ser como pegarte los cubitos de hielo del congelador a la suela del zapato e intentar andar. Además las aceras están todas rotas, con baches, brechas y todas las palabras de esta familia. Aparte tienes montones de charcos que terminarás pisando quieras o no y que te mancharán todo lo que lleves de las rodillas para abajo.

Como añadido, de casi toda superficie o balcón cuelgan estalactitas de hielo, a veces gigantes, que van soltando gotas de agua poco a poco. Estas gotas, al llegar al suelo se congelan de nuevo y forman pequeños montículos de hielo, por lo que es facilísimo resbalarse. Y eso cuando la estalactita no se cae, estallando a poca distancia en una miríada de cristales. Los armenios deben estar acostumbrados, pero yo no (en Moscú limpian las calles), y al final terminas saltando de un hueco sin hielo a otro, cual velociraptor en ayunas.

Vilena no me enseñó muchos sitios específicos, porque ya digo que Gyumri es para pasear. Sí, vimos las dos plazas principales (las de la Independencia y la del pueblo), las dos iglesias que quedaron destrozadas, la estatua a la Madre Armenia, pero lo mejor fue el parque soviético (Parque Central), el mercado y las calles en general.

EL INFIERNO DE GYUMRI

Si miras por donde vas no debe pasar nada, pero lo jodido de Gyumri es que está plagado de rotos por todos lados. Mires donde mires, hay señales del terremoto de 1988. ¡Ah, que no he contado esto! En menos de 20 segundos, un temblor de tierra de 6.8 grados se ventiló en tal año el futuro de Gyumri, y con él, la vida de más de 25 000 personas. En una población que por entonces contaba con algo más de 200 000 personas imagínate el efecto que tiene. Y eso en Gyumri, pero en Armenia en general fue devastador. 58 pueblos fueron totalmente destruidos, más de 300 seriamente dañados, y 170 000 personas perdieron sus trabajos.

Si ya me llamó la atención ver que Christchurch, 4 años después, no se había recuperado, lo de Gyumri es increíble. Han pasado casi 30 años, y el terremoto sigue bastante visible. Casas hechas pedazos, edificios que ni se han molestado en derrumbar, tejados partidos, escombros por todas partes, paredes resquebrajadas de arriba a abajo. Y lo peor es que en algunas de esas casas aún vive gente. No quiero hacer un La gente de Bart con esto, es lo que vi, y lo que quiero mostrar en las fotos.

Y es que eso es visitar Gyumri, ver sus ruinas. Porque no hay nada más. Puedes perderte en sus lúgubres calles invernales y echar miles de fotos, cada cual más oscura que la anterior, pero no tiene, por así decirlo, atracciones turísticas típicas. Sí, hay un par de iglesias y una estatua a la Madre Armenia, pero vaya, que no es mi tipo de turismo. Gyumri es para respirarla, para ver cómo ha quedado la segunda ciudad del país (que perdió casi la mitad de su población en el terremoto, tanto por las víctimas como por la gente que se mudó a otras ciudades).

Para que te hagas una idea de los desperfectos y del puñetazo que supuso a la economía del país, más de 100 países donaron un total de 500 millones de dólares, y Gyumri sigue luciendo como en las fotos que ves aquí.

DÓNDE COMER

En un parque sentado con tu comida. Eso si no hiciera un frío que te mueres. Supongo que en otras partes de Armenia se comerá muy bien, pero en Gyumri conté 3 restaurantes. Uno me pareció muy feo y no tenía menú a la entrada: descartado. Otro no tenía nada de lo que salía en el menú; y el tercero es en el que repetí los dos días seguidos porque era eso o ir al mercado a comerme un tomate. Aún así, no vi prácticamente nada de comida armenia, como podrían ser el khash (una especie de sopa-porridge de pollo) pasteles gata. Sí que tenían carne picada envuelta en hoja de parra (dolmah, los turcos dirán que es un plato turco) y lahmacun, un tipo de pizza muy fina, que también reclamarían los turcos. El dolmah estaba bastante bueno, la pizza, bueno, una pizza.

Lo bueno es que todo es baratísimo, y si no te gusta algo puedes probar otra cosa, que no vas a perder nada. Por 1,5€ te zampas 6 dolmás con crema agria, pan y una bebida a base de yogur agrio. El restaurante en cuestión es Hatsatun y ya que todo hay que decirlo, los camareros eran un tanto toscos y con cara de lechuga. ¡Pero es acogedor!

Una cosa que sí que no deberías perderte son los quesos de hilo (string cheese, no sé cómo traducirlo), especialmente el que parece que está podrido. Sí, no te hagas el tiquismiquis, que bien que te comes el queso azul lleno de hongos. Pues esto igual. Son quesos salados muy típicos del Cáucaso (en Georgia también los hay), pero sólo en Armenia he visto el podrido. ¡Y joder qué rico! El vendedor se meaba de la risa al verme dubitativo metiéndome el queso medio azulado, pero el sabor es genial y el precio ridículo. Te dejo con una foto de internet de este queso, que la que hice yo es vergonzosa:

Incomprensiblemente no encuentro fotos en internet de la variedad podrida, supongo que tendrá un nombre armenio que desconozco. Si vas a Gyumri, lo mejor es que te pases por el mercado, tienen quesos de estos a punta pala, baratos, y además te dejan probarlo todo. Como no deben estar acostumbrados a ver guiris se ponen super amigables e insisten en darte conversación aunque ninguno de los dos entienda nada. Lo cual solucionaron en mi caso invitándome a un chupito del licor más famoso de Armenia, el coñac Ararat. Te aseguro que sin hablar uno el idioma del otro estuvimos charlando más de media hora.

OTRAS COSAS

No esperes ver souvenirs ni turistas por aquí. Es Gyumri. Ni siquiera la ciudad más famosa de Armenia. Que ni siquiera es el país más turísticamente atractivo del Cáucaso. En toda mi estacia no vi ni un solo turista, a no ser que cuente a los rusos que viajaban conmigo en el avión y que seguramente fueran para Yereván. Por ello mismo, no esperes que te dirijan una sola palabra en inglés. Ni que tengan puntos de información turística con mapas ni nada de eso. Aquí verás armenios haciendo cosas armenias y hablando armenio (y ruso).

Hablando con Vilena, la amiga-de-mi-amiga que me hizo de guía en Gyumri, me di cuenta del tipo de vida que llevan aquí. Armenia es uno de los países más castigados y ninguneados que se me ocurren. Tienen una historia antiquísima, es el primer país que aceptó el cristianismo como religión oficial, una lengua y literatura que han sobrevivido a todo tipo de invasiones… y ahora son una sombra en el mapa. Especialmente estremecedor es el episodio del genocidio armenio a manos turcas. Turquía, con el idolatradísimo Atatürk a la cabeza, casi elimina de un plumazo la profunda cultura armenia. Te dejo con un enlace (en inglés) por si quieres ver por ti mismo lo que ocurrió, pero baste un dato: se llegaron a eliminar casi 3/4 de los armenios. Poco faltó.

Y actualmente la calidad de vida allí, al menos según cómo la entendemos en estándares occidentales, es bastante atrasada. Ojo, que digo atrasada, no mala. No disponen de becas para estudiar fuera, ni ningún tipo de seguridad social, los salarios son bajísimos. Pero la vida allí es más rural que otra cosa, me recuerda a lo que dicen y añoran nuestros abuelos. En vez de comprar tanto reparan, cocinan o crean ellos mismos. Esto le da a todo un toque más rústico o vintage que se dice ahora, y se ve tanto en los edificios, en la ropa o los coches. Muchas cosas se ven viejas, pero funcionan perfectamente, o son reparadas de forma provisional hasta que aguante. Esto también le da a la ciudad de Gyumri un aspecto super siniestro. Mientras paseaba por sus calles viendo edificios rotos, tranvías destartalados y calles descuidadas por falta de dinero no podía dejar de oír el Requiem de Mozart en mi cabeza. Y uff… qué sensación.

Tampoco quiero dar una impresión negativa de la ciudad. Ya digo que a mi personalmente este aspecto siniestro me atrae. Pero además, Gyumri se está volviendo una ciudad muy joven. Y aunque no hay muchos sitios para salir (otra vez, del modo que entendemos en occidente), están empezando a surgir ideas muy buenas. Es el caso de LOFT, una especie de centro artístico que por lo que me dijeron, solo existe allí, en Yereván y en Samara (Rusia). La idea me pareció buenísima. Un grupo de gente joven alquilaron un piso y lo reformaron de manera que en cada habitación o sala se pudieran practicar distintas formas de arte. Ellos ponen los materiales, y tú pagas por tiempo. Hay una cocina para que traigas tus ingredientes y cocines allí y socialices. También hay instrumentos musicales, te y café gratis, biblioteca, lienzos, juegos de mesa, videojuegos, mesas de ping pong, sala de cine… una pasada. Yo fui en la inauguración (que además fue gratis), había un montón de armenios hipsters que jamás pensé que vería en Gyumri, y pasé un rato genial. Sobre todo porque me volvieron a invitar a comer.

Por lo demás, los armenios son gente muy amable, hospitalaria y humilde. Y a pesar de los guantazos históricos que han recibido están super orgullosos de su país. Y de Gyumri.

Creo que no me dejo nada. De ti depende ahora llegar a la conclusión de si la ciudad merece una visita o no, algo que por cierto me encantaría leer en los comentarios. ¿Has estado o tienes pensado visitar Armenia pronto? Si has estado, ¿qué es lo que más te gustó?

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